sin vos no evoluciono

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La almohada le pareció molesta, las sábanas calurosas. En sí, la idea de seguir acostado le disgustó de un momento a otro.

Se rindió y buscó su teléfono para saber la hora. Su rostro se deformó en disgusto cuando notó todas las llamadas perdidas y mensajes del mismo número, todas las mañanas era lo mismo. Su teléfono estallado de notificaciones por culpa de la misma persona.

Lo ignoró.

—Mi cabeza...

Anoche tuvo la fiesta de su mejor amigo, un poco descontrolada y bizarra, pero se divirtió. Todavía podía sentir el alcohol en su garganta.

Había bebido tanto que no recordaba ni la mitad de la fiesta. Oh, sí que se divirtió. La ropa en el suelo, las marcas en sus piernas y el hombre durmiendo a su lado lo demostraban.

Río, recordando lo que pasó. Su grupo de amigos estaba frustrado por verlo decaído todos los meses, llorando de a ratos y negándose a comer.

La fiesta de Seok Jin era una farsa barata, una excusa para distraerlo un poco. Así que llenaron el lugar con hombres que cumplían su "tipo ideal" para que le dé una oportunidad a alguno. Y funcionó, porque se había encontrado con un ex compañero de trabajo, con el que siempre tuvo pequeños roces, y lo trajo a su departamento.

Nunca dudó de su sexualidad. Estaba completamente seguro de ser heterosexual, le gustaban las chicas lindas y tímidas. Con las que podía compartir de sus intereses y planear una familia. Eso cambió de la noche a la mañana cuando su camino se cruzó con el de ese hombre.

Con el que le hizo tirar todo y probar una nueva vida.

Fue difícil explicarle a su nueva conquista las fotos de pareja que tenía por toda la casa, que tenía a un lado de su cama, el otro cepillo de dientes en su baño. Cosas que no pudo tirar después de la separación.

El estómago le dolía y recordó que ayer no comió, estaba muy ocupado llenando su boca con alcohol. Miró a su acompañante durmiendo, seguro él también tenía hambre.

Buscó en su armario algo abrigado. El pronóstico dijo que sería una semana con días fríos. Eligió un pantalón deportivo simple, un buzo algo grande, y se puso unas pantuflas.

Con su teléfono en mano salió de la habitación, cruzó la estancia mientras revisaba los mensajes de sus amigos y los correos del trabajo. Mañana tenía que presentar una pista que todavía no terminó.

Le respondió a su jefe y dejó el aparato sobre la mesada. Iba a hacer dos cafés y unas cuantas tostadas, no requería tanto esfuerzo y no estaba de humor para preparar un gran desayuno a un casi extraño.

Esperaba a que la cafetera y la tostadora terminaran cuando, sorpresivamente, la pantalla de su teléfono se iluminó por una llamada. Estrechó sus ojos al leer el nombre.

Seguiría llamando hasta que conteste, no tenía opción. Debía afrontar lo que llevaba ignorando por semanas. Fue hasta el balcón para hablar, y que no lo escucharan.

Contestó.

Había silencio en la línea, ninguno habló.

it was a torture › os ggukgi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora