꒰ ¡𝑀𝒾 𝒷𝑒𝓁𝓁𝒶 𝒹𝒶𝓂𝒶! ❞ ┊ ᴮᶤᵇᶤ ˣ ᴾᶤᵖᵉʳ· ♡ ˎˊ

002 ₊° ꒰ ˗ ˏ ˋ ♡ ˎˊ ˗ [ 🍙 ] -

Al día siguiente... Todos los brawlers se encontraban jugando varios modos de juego, pero la de baja estatura con un bate, se encontraba buscando un compañero para jugar al modo de "Supervivencia", todos excepto ella tenían compañero.
Pero, de casualidad, la mujer de fina vestimenta tampoco tenía con quién jugar, y fué en ese entonces que pudo observar a la asiática, no le pareció mala idea ir a proponerle jugar con ella.

Piper:¡Hola Bibi! ¿Te gustaría jugar conmigo? -Preguntó con una delicada y bonita sonrisa.-

Bibi:Ah, bueno... Yo... Eh... ¡Claro!

La de chaqueta morada se quería morir en ese momento, se sentía algo nerviosa... no sabía el por qué, pero le daba igual, tenía que estar concentrada en el juego para salir victoriosa.

[...]

La de rodete trataba de ir eliminando a los demás, mientras la amante del chicle iba a romper cajas para conseguir más puntos de fuerza.
Quedaban solamente dos equipos, por lo cuál sonó el característico sonido de ese momento.

Piper con Bibi contra El Primo y Brock,
La de cabellos rubios logró eliminar al chico que lanzaba misiles, pero pudo oír cómo su compañero se lanzó hacia la mujer. La bateadora apareció de una forma rápida y alejó al boxeador mexicano con un básico.
Terminó de eliminarlo, con su súper, un globo de chicle enorme.

Y así fué como ganaron esa partida, ambas estaban emocionadas de haber ganado.

Piper:¡Gracias por haberme protegido! Fué muy lindo de tu parte.

Luego de decir aquello, se dispuso a abrazar a la más baja, colocando su mentón en el hombro de la asiática.
La de flequillo hacia arriba quedó sorprendida, su corazón comenzó a latir de una forma algo acelerada, sus mejillas se tornaron de un color carmesí y su respiración era más densa.
El embriagante perfume de la de ojos celestes la tenía algo descontrolada, y se limitó a corresponder al abrazo que le estaba dando la de tez blanca.
La asiática se sentía tan tranquila al estar junto a la rubia...

Sus mejillas volvieron a ponerse coloradas, como ayer cuando la vió... No entendía realmente lo que estaba sucediendo, o qué eran esos nervios y esa vergüenza que le provocaba el estar con la más alta, pero... Aún así, le agradaba sentir eso.

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