Cita y...

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Nervios.

Eso sentía Mark Lee.

Unos nervios que le tenían cambiándose de ropa cada cinco minutos, corriendo por todo su pequeño apartamento para recoger prendas, que justo acababa de lavar, para probar si combinaban mejor o peor con lo que ya llevaba. Porque nada le resultaba lo suficientemente perfecto para el acontecimiento de aquella noche.

Unos pantalones negros más ajustados que unas medias, zapatos a juego, un cinturón que mantuviera todo en su sitio y por último una camisa con detalles florales que le encantaba, a pesar de ser negra el estampado le hacía parecer tierno. Se acercó al espejo para perfumarse antes de acabar de retocar su cabello, su hermoso pelo rojo que le tenía encantado desde que se lo había teñido aquella mañana.

Consultó su reloj y tomó su chaqueta de cuero y una bufanda junto a sus demás pertenencias. Salió corriendo de su apartamento para ir a coger un taxi.

Johnny había llegado con algo de antelación, la suficiente para que le diese tiempo a aparcar cerca y pedir que su reserva fuera en una mesa con algo de privacidad, sólo la necesaria. Poco antes de la hora acordada un taxi se detuvo y de este emergió un Mark Lee que le dejó sin aire. No solo por aquel atuendo que realzaba cada curva de su cuerpo a la perfección, si no por aquel pelo rojo brillante y perfectamente despeinado.

─¿Le gusta lo que ve, señor Suh? ─Mark llegó hasta él con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora y mordiéndose el labio.

Johnny vestía de infarto, pantalón negro, camisa blanca, corbata y la chaqueta del traje encima. Su cabello negro peinado hacia atrás pero con algunas hebras de este cayendo de forma casual en su rostro. Mark quería placarlo y montarlo, literalmente.

─Diría que me gusta demasiado. ¿Vamos?

Ambos ingresaron en aquel famoso restaurante italiano, del que Mark solo sabía que era impagable para él, pero al cual Johnny había insistido en ir. Cuando ocuparon su sitio pudo entender por qué. ¿Había que pasar un casting para trabajar de mesero en aquel sitio? Le miró divertido mientras dejaba su abrigo y disfrutaba de los ojos del mayor recorriendo su cuerpo antes de tomar asiento.

Era curiosa, para ambos, la conexión que parecían tener, como con mirarse podían entenderse más allá de lo normal. Mark leía como un libro abierto a Johnny, veía el hambre en sus ojos, la curiosidad; a su vez Johnny ansiaba descubrir que era aquel brillo escondido tras los grandes ojos del menor. Porque Mark Lee podía lucir como un chico peligroso y juguetón cuando estaba con él pero su mirada a veces perdía esa intensidad para tornarse como la de un chiquillo ilusionado, y era tal la fascinación que tenía que aquí estaban ambos, en una cita solo después de encontrarse dos veces.

Luego de agradecer al mesero que trajo el vino y tomó sus pedidos, Mark apoyó los codos en la mesa para unir sus manos y apoyar la barbilla en estas, mirando a Johnny con una juguetona sonrisa en los labios.

─Está bien, John Suh, ¿va a contarme usted que hay detrás de esta sorpresiva invitación a cenar? Pensé que sus intereses estaban puestos en otra persona.

El mayor no pudo evitar sonreír y se llevó la copa de vino a los labios antes de responder.

─Al día siguiente de conocernos hablé con Haechan ─respondió, ganándose la sorpresa de su invitado─, le invité a un café aquella tarde pero... Tenías razón en algo, es demasiado puro, no aguantaría una noche conmigo.

Mark tragó saliva pero no fue suficiente, por lo que dio buena cuenta de la copa de vino que tenía delante pues sentía su boca completamente seca y no podía dejar que se notase cuánto podía alterarle con un par de palabras.

A bit fetichistic [Johnmark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora