¿Espectáculo?

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Johnny parpadeó confundido, el sol colándose por el pequeño resquicio que quedaba entre las cortinas. Rodó, en un intento de rodear el pequeño cuerpo de su amante con su brazo pero este cayó sobre la cama vacía. Frunciendo el ceño se incorporó, mirando a todos lados, suspirando cuando vio la ropa de Mark aún esparcida por el suelo, ¿estaría en el baño?

Y es que Mark había despertado aquella mañana relajado como si acabase de salir de un spa, su cuerpo hormigueaba, se sentía ligero, su mente completamente despejada. Salió del cuarto solo con los bóxers puestos pues dudaba que a John le molestase que estuviera casi desnudo. Hubiese preferido quedarse tumbado sobre él, pero su estómago gruñendo no le daba tregua.

Ahora que tenía tiempo quería curiosear. Aquel piso era todo buen gusto, con paredes color crema y café, con muebles de cuero, madera de caoba. La luz que iluminaba toda la estancia de la sala de estar y comedor provenía del gran ventanal que ocupaba la pared opuesta a la puerta de entrada. No hacía falta salir al balcón para saber que tendría vistas de toda la ciudad.

Deslizó el índice por la superfície de la encimera, ¿estaba bien cotillear los armarios? Realmente tenía hambre... Sonrió y sostuvo un delantal, no era seguro cocinar en calzoncillos.

Con la música puesta desde su móvil rebuscó hasta dar con el café, ingeniándoselas para utilizar la moderna cafetera que John tenía. Sacó algo de fruta de la nevera y con cuidado empezó a cortarla.

En ello estaba, sacando pan de un estante superior cuando sintió unos fuertes brazos rodeándole, una notoria erección apretándose contra su trasero. Jadeó y se mordió el labio inferior, aún manteniéndose de puntillas.

─Me he despertado y no estabas... Eso no está bien, Lee...

─John no... ─un pequeño gruñido escapó de sus labios cuando el mayor mordió su cuello─. John, tengo hambre... ─y los gruñidos de su estómago eran la prueba.

─Yo tengo algo aquí para que comas... ─su voz ronca, su constante movimiento, John Suh era un pecado en sí mismo y Mark descubrió que adoraba caer en él.

─Oh, por el amor de dios...

Le dio al mayor un pequeño empujón con el trasero, liberándose lo suficiente para girarse, negando y sonriendo sin poder evitarlo. Chasqueó la lengua y posó las manos en su pecho para empujarlo hasta arrinconarlo contra la pared, cayendo de rodillas mientras sonreía lascivo.

─No se ni para qué te has puesto esto... ─gruñó tirando de su ropa interior hasta dejarla en sus tobillos─. Que gusto de perder el tiempo.

Johnny enredó la diestra en el despeinado cabello rojo de Mark y echó su cabeza hacia atrás cuando aquella cálida cavidad envolvió su erección. Horas atrás el chico le había hecho una mamada y había enloquecido, tan lascivo, tan bueno. Ahora le miraba con aquellos grandes ojos marrones mientras le comía la polla hasta la base, le guiñaba uno, y cuando él sostenía su rostro para follarle la boquita a gusto Mark solo se dejaba hacer a su merced, sus llorosos ojitos sin apartarse de los suyos, su cálida boca ahogando su miembro. El joven sabía muy bien cómo volverle loco y cuando ya sentía el hormigueo previo al orgasmo las manos de Mark subieron por sus piernas y le apretaron con fuerza el trasero, acercándole, hundiéndole en su boca para que, al correrse, el sémen golpease directo en su garganta para tragarlo todo.

─¿Ahora si me vas a dejar recuperar energías, John? ─preguntó el chico con voz ronca, limpiándole a lametones antes de subir su ropa e incorporarse.

─Encima que te alimento... ─rezongó el mayor, tirando de él para unir sus labios en un beso lento.

─Encima que preparo el desayuno... Eres muy mal anfitrión, Johnny...

A bit fetichistic [Johnmark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora