Todos en algún momento tuvimos miles de dudas a la hora de crear un personaje. Naturalmente, siempre vamos a querer que nuestros personajes queden geniales, aunque sean los antagonistas de la historia. Así que a continuación, les voy a dejar un par de tips que yo tengo en cuenta a la hora de crear a mis bebés.
Personalidad definida
Empezar por este detalle nos va a dar una idea muy clara de qué lugar va a tener este personaje en la historia. Es muy importante que pongan énfasis en esto para evitar un problema muy común que se da en muchísimas historias: que todos los personajes sean iguales. Pueden basarse en algún amigo o conocido para que incluso quede más realista. Pueden hacerlo ingenuo, audaz, malhumorado o muy alegre. Las características dependen de ustedes, pero siempre asegúrense de que su personalidad no sea demasiado plana, ni se parezca a otras, si esto sucede, tu lector probablemente va a terminar aburriéndose. Otra cosa muy importante a tener en cuenta una vez le crees la personalidad, es que no te olvides de sus características a lo largo de la historia, mantén siempre el ritmo y recuerda que, si el personaje es malhumorado y pesimista, va a causar confusión que de pronto haga un comentario súper positivo o se muestre alegre. Sigue tu propia línea y no te contradigas.
Que tenga conflictos
Puede ser un pasado turbulento, problemas de autoestima, inseguridades o inquietudes. Si quieres que tu personaje se sienta real, entonces hazlo real. No es necesario que menciones todas y cada una de las cosas que le pasaron o le pasan en el presente, pero tampoco hagas que resuelva todos sus problemas con un chasquido, porque eso no sucede en la vida real; es demasiado inverosímil y no le va a dar cuerpo a la trama.
Que tenga objetivos
Al igual que los conflictos, darle objetivos a un personaje hace que de alguna manera tome un poco más de vida. Como dije antes, no es necesario que se nombren todos sus objetivos, pero es muy bueno para la trama de la historia que al menos se haga una mención.
Elige sus cualidades
Así como los defectos, las cualidades hacen que el personaje vaya adquiriendo cada vez más cuerpo. Incluso los antagonistas tienen cualidades.
No hagas personajes perfectos
Todos hemos caído en esto alguna vez, y es porque nuestros personajes siempre van a ser especiales para nosotros. Pero, a menos que la historia lo amerite, intenta que tus personajes sean lo más humanos posibles. Tal vez un poco gordito o muy delgado, con algunos granitos, con brackets, hoyuelos, pecas. Estos detalles parecen irrelevantes a simple vista, pero créeme que hacen una gran diferencia. Todos tenemos defectos, y si realmente quieres llegar a tus lectores, haz que se identifiquen con tus personajes. Esta puede ser una muy buena forma de hacerlo.
No abuses de situaciones cotidianas
Está clarísimo que tu personaje si es humano va al baño, eructa, se echa gases y esas cosas. Pero mencionarlo en situaciones que no van al caso no aporta nada significativo a la historia, y creo que nadie va por ahí echándose gases mientras habla con otra persona. Son detalles que están implícitos, y está bien si quieres mencionarlos, pero no conviertas tu historia en un recuento de estos detalles, porque se pierde el hilo.
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Manual de escritura: de novato a novato
De TodoEste manual recopila algunas cositas que yo fui aprendiendo a lo largo del tiempo. Quizás no salgas siendo un escritor profesional después de leerlo, pero quizás puedas aprender alguna que otra cosita. El conocimiento no se guarda, se comparte.