Capítulo 14

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Las horas que quedaban para salir se pasaron volando. No salía de mi cabeza ese momento con Katie en el pasillo, quería que se repitiese de nuevo.
Aunque, la verdad, me he distraído, yo iba a declararme y al final no le he dicho nada de lo que tenía preparado.

-Desgraciadamente, tendré que esperar hasta el lunes.-pensé insatisfecho. Pero de pronto, se me vino a la mente una gran idea. ¿Y si la invito a mi casa? Al pensarlo, me fue imposible no soltar una risa tonta, lo que hizo que algunos de los alumnos levantasen la cabeza y me mirasen extrañados.

-Buah, el maricón ya tiene novio.-escuché a alguien susurrar, pero hice como si no hubiese escuchado nada. Nadie iba a quitarme el buen humor.

Unos 10 minutos antes de irnos a casa, recibí un mensaje de Rodrigo.

-Tengo que hablar seriamente contigo.-leí antes de abrir el chat. Al ver el mensaje sentí un escalofrío subir por mi espalda, y mi buen humor se convirtió en un mal presentimiento.

-¿Dónde estás?-le pregunté para ir a buscarle.

-En la parte de atrás de tu instituto, te estoy esperando.-

Sin esperar ni un segundo, anuncié el final de la clase, dejé a uno de los alumnos como encargado para cerrar la clase y salí disparado del aula.
La puerta de salida aún estaba cerrada, así que opté por salir por la puerta de secretaría.
Ya en la calle, comencé a correr, sé que no hacía falta, pero mis piernas no tenían intención de relajarse.
Vi a Rodrigo a lo lejos, estaba con alguien, pero no lograba verle la cara.
Esa persona se giró, no podía creerlo, era Javier.

-Cómo no me lo había imaginado.-me dije a mi mismo.

No tenía ganas de pelear, y menos hoy, pero ya no iba a darme la vuelta e irme para casa, seguí caminando hasta llegar a donde se encontraban.

-Hola chicos, contadme.-dije conteniendo aún mis ganas de irme.

-Hola Rubén.-saludó Javier sin mirarme siquiera. Nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que se dignaron a romperlo.

-Mira...no tienes que seguir fingiendo, sé que la persona que te gusta es Rodrigo, pero como es mi amigo no has querido decir la verdad, y...-

-No, no es lo que...-

-Déjame terminar. A él también le gustas, así que podéis estar tranquilos, no me importa.-terminó de explicar Javier.

¿Qué debería contestar yo ahora? No he estado en un momento tan incómodo en mi vida, ahora sí que quería darme la vuelta y correr hasta mi casa.

Antes de poder hablar, Javier se fue a paso rápido, intenté seguirlo para decirle que estaba equivocado, pero Rodrigo me detuvo.

-Déjalo, necesita estar solo.-dijo agarrándome de la mano.

-Ah, si, bueno luego le llamo.-balbuceé apartando la mano.

-Bueno, ¿qué me dices?-preguntó acercándose a mí.

-Me parece que esto es un...-Rodrigo se lanzó a besarme antes de dejarme terminar, yo me aparté, haciéndole una cobra bastante brusca.

-¿Qué estás haciendo?-preguntó ofendido.

-Te estoy intentando decir que estáis equivocados. No me gustas, lo siento, no dejé a Javier por ti.-pude terminar de hablar al fin.

-Pero... tú eres...-

-Lo siento.-me di la vuelta y comencé a caminar hacia casa con la intención de estar solo, pero a Rodrigo no se le ocurrió otra cosa que seguirme mientras me gritaba cosas.

Hice como si no le conociese de nada, no creo que sea la mejor reacción, pero no estaba para pensar en ese momento.

Me siguió hasta mi piso, entró hasta mi habitación.
No recuerdo del todo bien lo que me decía, yo me limitaba a estar en silencio, como si estuviese solo.

Enfadado, me gritó algo y salió del piso dando un portazo.

Ella, mi alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora