"¿Quién es ese?" Min observa detalladamente al hombre que acaba de cruzar la puerta principal, su cabello cae como actor de dorama por encima de la frente mientras su sonrisa perfecta deleita a su ingenua ama. "Hueles horrendo, lárgate de aquí"
—Ow, tienes un gatito —sonríe emocionado acariciando la cabeza del felino, éste por el contrario extiende sus garras en busca de lastimarle— No parece agradarle mucho el contacto, ¿eh?
—Es el Señor Min. —Jihye le sonríe embelesada mientras sus mejillas se sonrojan, cosa que logra percibir el gato— Es algo gruñón, procura no tocarle demasiado o te rasguñará, Jimin.
"¿Jimin? Qué clase de estúpido nombre es ese" El felino camina despreocupado por encima de los pantalones ajustados del extraño, éste se atreve a empujarlo lejos cuando la pelinegra no ve. "¡Infeliz! Acabas de tocar mi coreano pelaje costoso"
Mientras más maúlla, más irrita al humano.
—Jihye, ¿qué te parece si nos quedamos en tu habitación? —el chico de cabello rubio se levanta, agarrando con fuerza las caderas de Jihye quien se ríe nerviosa ante el tacto— ¿No quieres, nena?
"¡No, no, no, no! No quiere, quita tus asquerosas garras de mi esclava, maldito irrespetuoso" Los maullidos hacen girar los ojos de Jimin, quienes son percibidos por la chica. Ella suspira y carga el cuerpo del felino. "Eso es, vámonos Jihye"
—Te dejaré un momento aquí, pequeño.
Jihye le coloca en el jardín, y cierra las puertas para que el felino no interrumpa cualquier cosa que haga adentro. La sangre le hierve al gatito, rasguña con fuerza la madera pero nadie le escucha, ni siquiera Joon quien duerme plácidamente a su costado.
¡Nunca te lo perdonaré, súbdita grosera!
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