Una alfombra en la parte inferior, almohadas una sobre otra formando un pequeño círculo con un hueco en su interior como si de un pequeño volcán se tratará, una sábana sobre aquellas almohadas y encima aún más de ellas, además algunos peluches, pequeñas mantas y algunas prendas con aromas reconfortantes ubicadas en lugares estratégicos.
Izuku sonrió satisfecho consigo mismo cuando vio el resultado de su esfuerzo, era un nido perfecto y cómodo que cumplía con todos sus estándares.
Cómo Omega habían muchas cosas con las que Izuku no se identificaba, por lo general cada parte de él luchaba contra su naturaleza y el hecho de estar en el curso de héroes era una prueba de ello. Sin fragilidad sin sumisión, sin la necesidad de ser protegido.
Sin embargo había partes de él que no podía negar, después de todo era un Omega: aún si la mayor parte del tiempo actuaba negándose a seguir órdenes siendo desafiante y testarudo; aún si su aroma era más picante que dulce o si su forma de actuar mostraba todo lo contrario a una actitud sumisa. Era un Omega y aquello no le desagradaba en lo absoluto, estaba feliz de serlo y de poder demostrar su valía.
Tampoco podía negar que era amable por naturaleza, que era alguien protector con quienes consideraba parte de su familia, que le gustaba estar rodeado de sus amigos y eso le hacía sentir seguro, y dentro de todo ese conjunto de cosas características de los omegas amaba anidar.
Amaba estar rodeado de mantas, peluches y almohadas suaves. Le pareció siempre más cómodo que una cama, el lugar era cálido y confortable y estar rodeado de aromas familiares siempre provocaba que se sintiera tranquilo y protegido. Estar en su pequeño nido lo tranquilizaba de tal forma que no siempre era necesario que se encontrará cerca de su calor para querer acurrucarse dentro de su pila de mantas y almohadas y tomar una pequeña siesta dentro.
La mayoría de sus amigos eran conscientes de eso, por eso mismo Uraraka, Iida y Momo le brindaban de vez en cuando un par de prendas con sus aromas impregnados, como Betas sus aromas eran suaves pero siempre reconfortantes, de la misma manera su madre le enviaba alguna manta impregnada con el aroma de su hogar cada que tenía oportunidad y aquello generalmente lograba tranquilizarlo. Nunca nada de ningún alfa, a pesar de que Eijiro y Todoroki eran sus amigos solo podía aceptar el aroma de un Alfa en su nido si aquel Alfa era su pareja.
Satisfecho con el resultado de su nido sonrió para dejarse caer en él suavemente. Se recostó sobre las mantas y almohadas, aspiró el aroma reconfortante de sus amigos y cerró los ojos satisfecho. Era suave, era cálido en donde debía serlo y también era fresco. Era el nido perfecto. Dispuesto a disfrutar de su pequeño espacio durante unos instantes más decidió recostarse y tratar de dormir un rato. Aún no estaban en su calor pero quería encontrarse listo para cuando el momento llegará.
Envolvió su brazos en una de tantas almohadas, respiró profundamente con el cuerpo acurrucado en posición fetal y se dispuso a disfrutar de la tranquilidad, del calor reconfortante de su nido y del silencio de su habitación.
Aquella comodidad no duró mucho, apenas un par de minutos después de acomodarse comenzó a sentir un constante sentimiento de inquietud. Incómodo decidió reubicarse, cambió su posición acomodándose del lado contrario, aquello no dio resultado por lo que decidió tomar otra almohada, aquello tampoco lo hizo sentir más cómodo. Intentó rotar su cuerpo, deshacerse de algunas mantas acercarse más a otros lugares y aspirar el aroma de las prendas de sus amigos para tranquilizarse.
Algo estaba mal.
Aquel era su nido perfecto pero no pudo evitar el sentimiento constante de que algo le faltaba.
Decidió levantarse y reacomodar todo, todos sus movimientos causaron que aquel lugar antes cómodo se convirtiera en un desastre de mantas prendas y almohadas. Volvió a acomodar su nido asegurándose de hacerlo bien esta vez.
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Aroma familiar
FanfictionComo omega a Izuku le encanta anidar, no importa la fecha o si se encuentra cerca de su calor o no, las mantas suaves, el espacio pequeño, estar rodeado por su propia barrera lo hace sentir seguro y protegido. Pero hay algo que le falta a su pequeño...