Qybëria: El Chamán Errante

Parte 4: "Búsqueda Peligrosa"

     No hubo charla alguna durante el trayecto hasta el río y así comenzaron a seguir la corriente del mismo, bajando por una larga y casi interminable colina. A la lejanía lograban ver cómo el brillante y alegre color verde de los árboles iba desapareciendo, mientras que un verde de tono oscuro y triste tomaba su lugar.

     A medida que los tres aventureros seguían acercándose al final de la colina, iban presenciando cómo su alrededor cambiaba y el oscuro verde de los árboles que hace minutos vieron en el horizonte se comenzaba a mezclar entre ellos. Una vez sintieron el fango bajo sus pies, se hundieron en el profundo silencio del pantano, lo único que alcanzaba a oírse era el agua fluyendo del río que habían dejado atrás. No se escuchaba el cantar de algún ave o la brisa moviendo las ramas de los secos y melancólicos árboles, el silencio era tormentoso para los aventureros, como si el pantano entero estuviese de luto, afligido por el dolor de presenciar tantas muertes inocentes.

     Entonces cuando los aventurero se detuvieron, cayendo en cuenta de que se estaban ante el posible mayor riesgo de todas sus vidas. Habían enfrentado a muchos malhechores y se habían topado con villanos realmente poderosos, pero nunca habían presenciado un paisaje tan lamentable como ese; la naturaleza hablaba por sí misma.

     ーY aquí estamos... a partir de este punto comienza el verdadero peligro. En algún lugar de este pantano se encuentra el chamán, debemos estar atentos ante cualquier movimiento o trampa ーdice Lauris concentrando su mirada hacia el insondable pantano mientras que coge su lanza y se preparada ante cualquier amenaza.

     Ante las palabras de su compañera, August cierra sus ojos, concentrando su magia y con ella agudizando su percepción a través del aire, facilitando la capacidad de detectar algún movimiento a sus alrededores. La hermosa Liuxing descuelga su liuqin, preparada en cualquier momento para usar su magia de ilusión con alguna melodía.

     ー¿Creen que deberíamos separarnos para explorar más terreno de forma rápida? ーpregunta August moderando su tono de voz, observando los árboles con cautela.

     ーSepararnos sería un suicido. Tardaremos más, pero debemos permanecer juntos, estamos en un territorio desconocido, no sabemos qué tipo de trampas puede haber. Juntos podremos cuidarnos unos a otros y ver perspectivas que el otro ignore ーresponde Lauris de forma sabia a su barbudo amigo.

     Así, los tres aventureros retoman su camino hacia las profundidades del interminable pantano, desconfiando de cada paso que daban. Anduvieron por minutos, sumergidos en el agudo silencio, sólo podían escuchar sus pisadas en la bizcosa tierra y el leve sonido de la pesada armadura que provocaba Lauris al caminar. El cálido sonido de la corriente del río había dejado de escucharse, pues se habían alejado lo suficiente.

     Al caminar durante tantos minutos observando tan sólo los árboles deshojados con el olor de la tierra húmeda bajos sus pies, les hizo olvidar por un momento las trampas. Justo en ese instante Lauris sintió una especie de cordón en uno de sus tobillos, y una botella fue arrojada desde uno de los árboles, tan rápido y tan fuerte que los aventureros apenas se dieron cuenta de esto al escuchar cómo el cristal se quebró al chocar contra el metal.

     Se trataba de una pequeña botella de cristal, había impactado en el centro del peto de Lauris, dejando un líquido denso de color verde fluorescente en el lugar del impacto. Los aventureros lograron sentir el ácido y repugnante hedor del ignoto líquido, el cual había sido liberado tras haberse roto el recipiente que lo contenía.

     Lauris observó cómo el líquido corroía su armadura con gran velocidad, dejando unas pequeñas fisuras en el lugar de impacto. Por suerte para ella, su armadura era tan gruesa y resistente que dicho ácido no surtió efecto en su cuerpo, sin embargo, las marcas provocadas dejaban más que claro lo potente del ácido y el efecto que éste causaría si cayera una sola gota en sus pieles.