𝐜 𝐢 𝐧 𝐜 𝐨

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alexby como ellos

-si, mueves muy bonito las caderas

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-si, mueves muy bonito las caderas.

david me dedicó una amable sonrisa para volver a hundirse en sus pensamientos mientras escuchaba la fastidiosa música con la que íbamos a presentar, yo ya me sabía el baile de memoria, pero no quería danzarlo, no quería mostrar mis pasos con una melodía tan moderna, no me atraía, y sabía que lo iba a hacer sin ganas.

en fin, tengo mucho problemas por resolver.

otro era que mi compañero ha estado muy nervioso, y no sé si debería tomarme aquello como algo bueno o malo, pues se estuvo distanciando de mi en variadas cosas, sobre todo en interactuar, si antes no pasábamos tanto tiempo a un lado del otro, ahora menos.

pero bueno, al menos tengo a el nuevo amigo que hice.

-¿estás listo? -david pausó la música para acercarse hacia donde me encontraba, yo asentí mientras abría una botella de agua. -vale, te espero unos minutos.

hace unos días, en donde nos pillamos a la pareja de fargan junto a lolito criticándome, aunque yo fui el único que me di cuenta de lo último, mi compañero de baile sólo hizo vista gorda, nos invitaron a una cena en donde todos los participantes del show estarían en esta, por lo que no tuvimos otra opción que aceptar, aunque tampoco me molestaba tanto la idea de entablar amistades con otros.

-será lindo volver a ver al chico teñido.

rodó los ojos, sabía que le caía un poco mal, por lo que me gustaba molestarlo, me encantaba ver aquellas pupilas envueltas en una pequeña rabia que alojaba en lo más profundo de su ser, para no parecer mala onda.

me miré al espejo para repasar mi figura, no estaba tan contento con esta pero tampoco era tan inseguro, así que me dediqué una sonrisa en señal de aceptación al ver la ropa que andaba trayendo, era cómoda y bonita, perfecta para salir a una cena casual.

sentí los dedos de david entrelazarse con los míos para hacer de nuestro agarre más fuerte, dirigí mis ojos hacia los suyos, y al ver como su felicidad florecía en cada fibra de su ser, me contagió de esta misma sin querer.

-nos vamos a divertir, lo prometo -agarró con su mano libre mi mejilla, para darle una suave caricia.

-eso espero.

todos chocamos las copas que tenían de contenido champán, a mi no me agradaba aquel alcohol, pero era por respeto, además, me gustaba el hecho de que ocupasen aquello para dar palabras tan encantadoras como lo habían estado haciendo, ya sea deseando suerte para las audiciones, o pidiendo que todos nos llevemos bien hasta el final del show.

pero yo no podía prometer eso, pues en la cena había alguien que me tocaba bastante los huevos.

-cuidado, mi niño -sentí los brazos del chico que se cree tiktoker en mis hombros. -que por poco y matas a dulce con la mirada.

suspiré, me molestaba saber que la atención de mi compañero de baile se centrara sólo en el vestido blanco de su chica, el como le daba vueltas mientras ella revoloteaba sus pestañas me causaba unas terribles ganas de llorar, pero no podía ponerme de mal gusto en estas situaciones, sería muy inmaduro de mi parte, sólo debía respirar hondo y mirar hacia otro lado.

que grave error.

-alguien se equivocó de armario -la risa de lolito me hizo alzar una de mis cejas, no me gustaba que se burlasen de mi. -entiendo que el de dulce se parezca al tuyo, pero la ropa es diferente, dios.

cálmate, alexby.

-bueno, tal vez se quiere parecer a mi.

la nombrada anteriormente y la que cada vez hacía mi vida más imposible llegó al lugar de la conversación, colgándose de uno de los hombros de lolito y siguiendo con la puta broma sobre mi vestimenta, ¿por qué no se iban a molestar entre ellos?, como si fuese malo que ocupase un abrigo de color magenta.

-una pregunta, dulce -la chica hizo un gesto para que auron siguiese hablando, yo prestaba atención con la boca cerrada. -¿cuál es tu color favorito?

-el celeste, ¿por? -suspiró de manera burlona, yo empuñé mis manos.

-¿entonces eres hombre?

-n-no -la tonta sonrisa que se había formado en su rostro se desvaneció, haciéndome ahora a mi elevar mis comisuras, orgulloso del logro que había hecho mi amigo.

con auron chocamos los chicos de forma inmadura al ver como los chicos se tragaban sus palabras luego de la absurda pelea que acabábamos de tener, realmente me hacía ilusión haberle ganado a mi competencia junto con la persona que siempre me había caído mal.

pero el festejo no nos duró mucho.

-¿te digo cuál es la diferencia, niñito fácil? -fruncí el ceño al ver el apodo con el que se había dirigido al de mecha anaranjada. -que alex es un puto maricón, y quiere ser una mujer, como yo -tragué saliva, intentando que sus palabras no me golpeasen en demasía. -pero que sepas que no me llegas ni a los talones, hasta pareces traves-

-dulce, para ya.

realmente comprendía la enorme cara de sorprendidos que habían puesto todos los incluidos en la guerra de palabras al escuchar a fargan decir eso, pues todos se esperaban que iba a apoyar a su novia, como cualquier pareja normal, pero he de admitir, que me causó algo bonito en mi interior.

me estaba defendiendo.

-que alex se puede confundir de colores, recuerda que nadie es perfecto.

y tan rápido como le hizo a mi corazón elevar, le hizo a este mismo golpearse contra sus fuertes palabras.

me alejé de aquel ambiente tan tóxico, enfadado conmigo al no haber reaccionado de la mejor forma, emocionado por los sentimientos que por unos segundos hacían sido acariciados, tristes por haber sido tan ingenuo en creerme que al fin el chico de mis sueños estaría de mi lado.

fargan es igual a ellos, y yo estaba enamorado de él.

soy tan idiota.

soy tan idiota

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contemporary ; fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora