I. Iris

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Hola soy Iris, soy una chica bastante normal, no tengo muchos amigos pero tampoco me suelo llevar mal con la gente. Simplemente soy bastante tímida y para que mentir un poco antisocial. Pero que quieren que haga la verdad, mis padres nunca me han hecho relacionarme con muchos niños. Cuando era pequeña mi madre me llevaba a parques y tenía algunas amigas. Pero no eran muy buenas. Recuerdo que siempre se metían con mi tono de piel y me insultaban por ser negra. Que sí les iba a manchar las manos, que si estaba quemada, en fin cosas que he aguantado toda mi vida y probablemente las aguante hasta que me muera lo único que me queda es pasar de ellos y hacer como que nada me afecta. Aunque eso puede llegar a ser muy difícil. Y más a mi edad que ahora te juzgan hasta por respirar. Simplemente asqueroso. Pero tengo fé de que esto acabará.

La semana que viene empiezo en un nuevo insti, la verdad es que no tengo ningunas ganas, pero mi padre tuvo que cambiar de trabajo. Solamente espero que nadie me moleste, prefiero estar sola a eso.

Hoy voy con mi padre a comprar básicamente lo que necesitaré para ir a clase, uniforme( ya que es un instituto privado) y algunas cosas como cuadernos y tal, bueno nada interesante la verdad.

Cuando estábamos ya saliendo de la tienda el chico nos dijo que esperáramos, estábamos confundidos pero en frente estaban los de seguridad cacheando a un chico, el chico tenía la cara pálida parecía que había robado algo pero el realmente no era un ladrón. Le dijeron que iban a llamar a sus padres y él se puso muy tenso, vi cómo les rogaba a los de seguridad.

-Por favor no digáis nada a mi madre, lo hice sin pensar, prometo no volver a robar nunca más- dijo medio llorando.

Entonces el de la tienda nos mandó ir fuera con un gesto y una sonrisa y le hicimos caso. En realidad me dio mucha pena el chaval.

Sentimientos encontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora