II. El comienzo

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Bueno pues con mi nueva mochila y el uniforme puesto creo que estoy lista para empezar las clases. Al entrar al insti me doy cuenta de que todos son muy pijitos en mi opinión. Siento que no me van a caer nada bien. Aunque hay dos que se salvan: una chica que lleva un rollo bastante diferente a las demás, lleva una sudadera ancha y un gorro negro, también lleva unos pendientes con forma de cruz que me llaman la atención. La otra persona diferente, es un chico, es rubio alto y parece el típico tío que iría al insti de un barrio chungo, aunque eso con el uniforme lo disimula. La chica se dio cuenta de que la estaba mirando y se giró.

-¿Se puede saber que mierda miras?
-Ah nada, es que soy nueva.
-¿y? A la gente le puede incomodar que la mires como si fuera asesina, yo que tú sería más discreta.
-Lo-lo siento.
-No pareces una pija, más bien pareces una pringada, no te ofendas, es que las chicas como tú no vienes a este tipo de sitios a no ser que quieras sentirte un bicho raro.
-Yo no sé cómo es este sitio, no sé nada, solo quiero ser normal y encajar.
-JAJAJJAJAJAJAJ, ¿es un chiste no?

Se estuvo riendo un rato y luego me miró y me dijo:

-Mira tía, esto está lleno de pijitos y ninguno te va a aceptar, yo aquí no encajo y tú tampoco y lo sabes.
-¿Entonces que haces aquí?
-Aquí es donde vienes cuando tus padres tienen pasta y su hija no tiene futuro, antes iba a un público y me quedaban todas.
-Pero, tú qué piensas hacer en el futuro. Si no estudias no podrás...
-Eh eh eh

Me cortó mientras hablaba.

-Que para esos discursitos de mierda ya tengo a mí madre no me jodas.
-Perdón otra vez.
-Oye, ¿cómo te llamas? Yo soy Zaida.
-Ah yo Iris.
-Tu nombre es precioso eh-me dio un codazo de broma- Bueno Iris, te veo en clase jeje hasta luego.

Y se fue con otro chico que había en frente que podría ser su novio.

Entré a clase y el profesor me hizo presentarme, dije mi nombre de donde era y me senté. Y un chico me dijo:

-seguro que te pagan esto con dinero robado, o tus padres son unos morosos jajaja.

Ya tardaban los comentarios racistas.

-Mis padres tienen dinero de sobra para pagar esto pero parece que tus padre no para el aborto.
-Idiota, mis padres quisieron tenerme, pero parece que los tuyos te tuvieron para que les dieran los servicios sociales.
-¿Te crees muy gracioso verdad? Pues que sepas que me importa una mierda la opinión de un marica.
-EEEEEEEE

Me doy la vuelta y hay un chico de pie con mala cara.

-Me pareces un gilipollas diciendo esos comentarios de verdad das asco. Y para que mentir tú también te has pasado insultando con algo que no debería ser un insulto. Esta vez no se lo cuento a la tutora pero a la próxima no os cubro. Anda no hagáis el gilipollas.
-Perdón Iker, puede que me haya pasado.
-A mí me importa una mierda que pidas perdón, te tienes que callar de una vez,  ese perdón no vale sino.
-Está bien...

Seguirá...

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