Ocho.

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Justin.

Milli se ofreció a llevarme en su coche Toyota Camri negro. El interior del automóvil olía a miel, — No tienes porqué acercarme, Milli. Normalmente vuelvo a casa caminando. — Dije poniéndome el cinturón. Ella negó con la cabeza y encendió el motor. 

— No me importa. Además, no quiero que se te estropeen los zapatos. — Sonrió. — ¿No tienes coche?

Asentí. —No lo uso con frecuencia. Además, me gusta caminar.

Milli aprendía rápido, sabía como hacer el moonwalk pero no cómo mover bien los pies. — Te daré otra clase de baile mañana. — Ella bufó. 

— Voy a ir al centro comercial cuando salgamos de clase, con Angie. — Rodé los ojos. Angie. El año pasado me había sentido atraído por ella. Cuando intenté invitarla a salir, ella me miró obscenamente y después se alejó. Aún sigue mirándome así.

— ¿Vas a comprar otro bolso de Chanel? — Pregunté. 

— No. Tengo dos bolsos y son los mejores. Puedo meter en ellos todo lo que necesite... — Dice Milli. — Parece que tú también vas con frecuencia a comprar. Llevas ropa sofisticada. — Me subí el cuello invisible y sonreí. 

— No. Solamente sé cómo vestirme, no como tu amigo. — Milli me miró cuando detuvo el coche en el semáforo de luz roja. 

— ¿Max? No presto atención a como viste, pero se pone sudaderas con todo.

— Antes de que vinieras a Gateway, Max no llevaba sudaderas, sino que usaba ropa holgada y zapatos a rayas. Pero ahora que estás aquí, supongo que intenta vestirse mejor. — Le dije. La luz se volvió verde y Milli giró en la esquina que daba a parar a nuestra calle. Mi casa se acercaba cada vez más.

— ¿Estás ocupada este fin de semana? — Pregunté cuando el coche se detuvo frente a mi casa. Las mejillas de Milli se tornaron rosadas. 

— No, no lo estoy. ¿Por qué? — Me observó. 

— Quiero llevarte a algún sitio. — Sonreí. Ahora sus mejillas estaban rojas. Alcanzó el picaporte de mi puerta y la abrió por mí. 

OCD · J.B | •Spanish Version•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora