01 - Comienzos
Eran apenas las cinco de la tarde, y aquí estoy, releyendo el libro que me regaló Tania el día de mi cumpleaños. Ella nunca creyó que me iba a enganchar un libro de romance, pero sin duda fue un efecto boomerang.
Miré por cuarta vez el móvil, solamente para ver si había cobertura que por supuesto, no había. Hace apenas unas horas que estoy viviendo en este pueblo, y parece que vivo en el año mil novecientos. Me levanto de la cama, cerrando el libro pasa así dejarle en la cama. Fui a paso ligero a la habitación de Tania con el móvil en la mano, fijándome si era solo mi habitación, que por supuesto era así.
— Tania, en mi habitación no hay cobertura.-dije quejándome mientras me sentaba cómodamente en su cama, tras mi acción lanzó una mirada fulminante. Ella estaba en el escritorio y seguramente acababa de hacer la cama.
— ¿Y crees que tengo magia para hacer que haya cobertura?-dijo en tono sarcástico, a esto le respondo con una cara en forma de burla.- Lía venimos aquí a divertirnos, fuera móviles, fuera wifi y fuera cobertura.
Cierto era. Habíamos venido a este pueblo a pasar las vacaciones, ya que pasarlas en una ciudad sin playa ni piscina es muy mala idea. Mi teoría es que mi padre esta haciendo negocios en este pueblo, ya que él es publicista. Un publicista inglés suelto por la costa del Sol, todo muy iconico.
— De todas formas, solo nos lo vamos a pasar "bien" tú y yo.-dije haciendo un gesto de comillas con mis dedos al pronunciar la palabra: bien.- ¿No me digas que conoces a alguien?- Tras mi pregunta afirmo, dejándome boquiabierta, aunque siempre lo hace.
Tania siempre conoce a alguien, sea donde sea que vayamos. Siempre hace amigos donde quiera que va, ya que ella es así de sociable y a veces deseo ser como ella. Y por suerte como es mi hermana, me facilita a la hora de conocer a personas, aunque por la diferencia de edad siempre serán gente de su edad. Es decir, personas que me sacan dos años. Tampoco es tanto.
— De hecho le dije a papá de venir aquí, ya que no sé si te acuerdas de Carla, pero ella vive aquí. Prácticamente me dijo que nos integraría en su grupo de amigos, ya que según ella siempre esta bien meter a más personas en el.-me explicó mientras esbozaba una gran sonrisa, a todo esto terminé por acostarme en su cama recién hecha.
Carla era amiga de la infancia de Tania, eran inseparables. Carla parecía una hermana más en esta pequeña familia, se pasaba horas y horas en nuestra casa ya que sus padres trabajaban demasiado y les hacíamos el favor de ocuparnos de Carla y eso nunca fue un castigo. Los padres de Carla encontraron un trabajo con menos horas de empleo, y se tuvieron que ir de la ciudad. Sólo recuerdo a Tania llorar muchísimo, y yo estar a su lado abrazándola.
— He quedado con ella y sus amigos a las siete, así que vete preparando.-dijo mientras me agarraba del brazo para así elevarme de su cama.- Y hazme un favor, y se amable.
Me echó de empujones de su habitación y tras ello, volví a mi pequeña cueva. Bufé mientras volvía a mirar el móvil y antes de adentrarme a la habitación sin cobertura, recibí un mensaje de Carla el cuál de inmediato me hizo sonreír: Pequeña Lía esta noche se lía. Todo un juego de palabras.
(...)
Eran casi las siete y Tania me había sacado arrastras de casa para inspeccionar el pueblo y no ser unas desorientadas con el grupo. Después de mucho tiempo, ella volvía a tener ese brillo en los ojos de entusiasmo y alegría. Esto hacía el efecto rebote y me lo contagiaba por completo.
— ¡Tania Smith!-gritó una voz femenina, en menos de unos minutos se podía notar unos pasos corriendo a toda velocidad a nuestro encuentro. Nos giramos y al hacerlo vimos que era Carla.
Tania al verla fue corriendo tras ella y ambas acabaron abrazadas en el suelo, como el típico vídeo de instagram de amigas a distancia. Sonreí tras verlas felices de nuevo, y esta vez juntas. Por un lado estaba yo observando la escena y por otro su grupo de amigos. Eran dos chicas y tres chicos más, uno de ellos tenía la vista fijada en mí, cosa que me incomodaba bastante.
Una vez finalizaron el abrazo, Carla vino hacía a mi y me dio un abrazo fuerte, le correspondí el abrazo con uno más fuerte aún. Una vez lo finalizamos nos miramos y sonreímos.
— Lía que grande estas, por favor.-dijo tras ello reí.- Ya no eres esa chica de ocho años que nos perseguía porque se aburría.-después del comentario reímos.
Después de aquello, tanto nosotras como el grupo se unieron y fueron unos minutos algo incómodos, para ser verdad. Bufé al ver que ese chico seguía mirándome, supongo que pensará que así me cautivara. Pues se equivoca, para que engañarnos.
— Ah sí, se me olvidó.-dijo Carla mirando al grupo.- Paula y Elena.-dijo señalando a las dos chicas, una de ellas era morena con ojos claros y la otra era pelirroja con el pelo extremadamente rizado.- Y ellos son, Óscar, Paul y Izan.-dijo señalando a los otros tres chicos, dos de ellos eran castaños y otro era rubio con rizos.
— Encantadisimo, Carla nos a hablado mucho de vosotras.-dijo Óscar mientras se acercaba a mi a darme dos besos en la mejilla y otros dos a Tania. Por lo poco que se ha visto era cariñoso y eso me gustaba, en cierto modo no era un baboso como el tal Izan.
— Encantada, me gusta vuestro rollo.-dijo la pelirroja llamada Paula mientras se acercaba a nosotras a darnos un pequeño abrazo.
Después de aquello todos se presentaron menos Izan, supongo que es el típico chico que va de duro en el grupo y liga hasta con la roca más pequeña. Óscar es el chico más cariñoso del grupo, pero en cierto modo no lo hace por ser baboso ya que actúa con todos igual, hasta con Paul. Elena era algo callada, y no me deja de mandar miradas fulminantes, supongo que es la ex de Izan. Paula era muy sociable y no paraba de hablar conmigo e intentar conocerme. Paul también era callado aunque de vez en cuando hacía chistes, malos pero lo eran.
Todo aquello sucedía mientras íbamos rumbo a la playa. Y resulta ser un camino extremadamente largo, aunque he de admitir que este panorama es muy subreal. Pero me gusta, en cierto modo es agradable.
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one thing
RomanceLas esperanzas en el amor eran nulas para Lía. Las fiestas, el alcohol y las chicas eran las aficiones de Izan. Hasta que ambos caminos se juntan, creando así una pasarela de sentimientos contradictorios y una aventura embarcada a la única cosa en l...