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Blanco.
Así podría describirse la vida de nuestro protagonista, algo tan nítido y sin sentido, algo rutinario y aburrido, tanto que se vuelve abrumador para él.
TaeHyung tiene una madre que lo quiere, a su manera, pero lo hace, tiene un padre invisible, que viene cada vez que él duerme.
Hoy estaba paseando por la playa, había llevado sus libretas para dibujar como el sol se escondía en el horizonte, sin dudas, una de las mejores imágenes del día. O al menos eso pensaba.
Se sentó en la arena, y con su mano inició a marcar las líneas que complementan su obra de arte.
Hasta que sus ojos se desviaron a la orilla del agua, donde una chica de cabellos rubios cual rayo de sol, andaba en una bicicleta roja. Ella llevaba puesto una remera gris, sumado a un jean del mismo tono, tal vez un poco más claro, casi celeste, y para completar, una zapatillas blancas.
Kim la veía andar, preguntándose cómo podía pasar por allí sin que se le trabe la rueda o algo así.
Su cabeza le ordenó que la retratase en ese mismo instante antes de que se vaya, pues así, tal y como la ven, se veía tan natural, tan eficaz, tan... Tan libre y feliz.
Él no la conocía, ni siquiera sabía su nombre, sólo sabía que lo ayudó a que su pintura quede aún mejor de lo que había quedado antes de su llegada.
Tae tiene muchos atardeceres en sus cuadernos, pero ninguno como este.
Se tomó un segundo para verla mejor, deseando que su trayectoria no se acabe nunca, debido al sentimiento de calma que le emitía.
- Tan sereno - Pensó en un suspiro.
Se armó de valor, junto sus cosas, y se acercó a ella.
- Solo 20 segundos de valentía, tu puedes - Se dio ánimos mentalmente antes de llegar.
- Hola - Saludo, logrando que la chica se detenga.
- Hola, ¿puedo ayudarte en algo? - Preguntó la joven, volteando a verlo y dedicándole una sonrisa.
- ¿Puedo dibujarte? - Consultó, quedándole solo diez segundos.
La rubia frunció levemente el ceño, ladeo la cabeza, y luego le sonrió.
- No veo el porqué no - Respondió bajandose de su bici.
Se acabó el tiempo.
- Me llamo Kim TaeHyung, y soy pintor - Se presentó extendiendole su mano.
- Yo soy Son ChaeYoung, y es un gusto conocerte - Admitió estrechandola con la suya.
Ambos caminaron hacia donde el chico estaba sentado antes, quien fue el primero en hablar, creando entre ellos un conversación bastante fluida. Mientras ella hablaba, él la retrataba a la perfección, sin emitir ningún detalle de su bello ser.
