EPÍLOGO

773 54 27
                                    


-  Pero estamos a dieciocho, para eso nos quedan un par de semanas, así que vamos bien de tiempo.

-  ¿Eh?

-  Que estamos a dieciocho...

-  Ah...

-  Nada, no te enteras. Media hora de monólogo y yo pensando que estabas concentradísima en lo que decía. - se reía un poco para que la chica no se pensara que estaba enfadada de verdad.

-  Jo, perdona Irene - se quitaba las gafas oscuras y se frotaba el rostro - estaba... pensando en cosas... ¿Alguna vez te has imaginado qué hubiera pasado si no tuvieras la vida que tienes? En plan, si no trabajaras para Universal o conmigo, una realidad alterna.

-  Eh... no cariño, la verdad es que no, aunque ya te digo que si en alguna de esas realidades estoy en la playa, me cambiaba sin pensarlo. - Apagaba la pantalla del móvil donde estaba revisando la agenda de la cantante para los siguientes días, de momento, lo próximo eran más conciertos del primavera pop de los 40 - En fin, te recomiendo que vuelvas a tierra que te toca prueba de sonido en nada y ya sabes que hay que hacerlas bien y rápido que hay público.

-  Sí, sí...

-  Mira, vas justo después de la Lola - la morena sonrió.

-  ¿Ya está ella haciendo la prueba? - le hacía señas que guardara silencio para escuchar lo que sucedía en el escenario a varios metros de las carpas.

-  Parece que empieza ya.

-  ¡Vamos! Que no la he visto cuando llegamos. - salía disparada literalmente e Irene se esforzaba en darle alcance.

-  Pero si os acabáis de ver por la mañana. - le decía ya al aire porque Ana estaba varios metros adelantada.


Era hipnótica, siempre lo pensó pero conforme pasaba el tiempo y más escenarios pisaba, se hacía más evidente lo inmensa que era Mimi. Nadie pisaba el escenario como ella, nadie se echaba a la bolsa al público ni elevaba las pulsaciones a punta de movimientos energéticos y precisos como ella y sus chicas. Se sentía tan afortunada de poder disfrutarla desde el mismo escenario, de compartirlo con ella, de ser amigas y compañeras... hermanas.

-  Mi hermana - se reía de la forma en que sonaba y recordaba el mítico "Quién se casa con su hermana" Bueno, las hermanas tampoco fantasean en qué habría sido si fueran un poco menos "hermanas" chasqueaba la boca y dejaba atrás sus fantasías. Cogía su móvil y grababa un storie desde su posición y a ella misma cantando "Mujer bruja"

-  Ana, la petaca - le pasaba la caja y uno de los técnicos comenzaba a colocársela, mientras en el escenario, Mimi daba un show aparte con el público y su "Ya no quiero ná"

-  Lista - le hacía señas con el pulgar arriba al técnico de audio y sólo esperaba indicaciones. Los gritos del público le hicieron saber que su amiga había terminado su prueba, cuando volteó hacia el escenario, la vio dirigirse a ella con una sonrisa de oreja a oreja y con una bandera de colores ondeando en su mano. ¡Dios, qué guapísima es la cabrona! Mimi se echó a bandera al hombro justo frente a ella y emocionadas se fundieron en un abrazo de los suyos, fuerte y apretado, abrazos que sabían a hogar y familia.

-  Ana banana - dijo cantarina mientras se balanceaban un poco y los alaridos de la gente se dejaban escuchar con fuerza.

-  Mi Mimi... - Warmi... warmi... se escuchaba muy fuerte de fondo, el público jaleaba de manera importante el acontecimiento.

-  ¿Cómo está mi reina? - le llenaba de besos la mejilla, un calor familiar y las cosquillas nerviosas le recorrían el cuerpo con su cercanía, tal vez nunca se acostumbraría a la sensación de tenerla cerca y la forma en que la miraba.

No Llegó A PasarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora