Capítulo 3 Pensamientos y sentimientos

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Estaba furioso. Cuando arranque el coche, sentí la necesidad de volver a la casa, pero me contuve.

Mi furia estaba cesando, pero si volvía a pensar en lo sucedido, volvería a sentirme fatal.

Conducí hasta la reserva natural ma6s cercana. Las imágenes saltaron a mi cabeza. Salí del coche con mis ojos color azul eléctrico -¡¿Por qué reacciono así?- mi mente se colapsó, no era yo el que la controlaba, era mi lobo.

Mis manos comenzaron a quitarme la ropa con desesperación.

Sentía el dolor de mi transformación, escuchaba mis huesos partiéndose, mis músculos cambiando de lugar, las extremidades cambiaban de una drástica, etc.

Después de la agonía física, me acompañó la agonía sentimental, sentirme de rechazado, por mi pareja -Los lobos y los licántropos, elegimos a nuestra pareja de por vida. Yo y mi lobo, ya habíamos elegido, su olor, su forma física, su forma de actuar simplemente... perfecta.

Mis pensamientos, eran depresivos, pero mi lobo no.

Él está feliz -Los dos hemos notado que su loba también nos había elegido. Pero su forma humana es la que nos a rechazado por  haberla herido, aunque en realidad... no mate a su madre si profundizamos en terminos- mi mente se volvía confusa, era demasiados pensamientos, demasiada información.

Comencé a correr sin siquiera saberlo. Supongo que corría para dejar a un lado los pensamientos, las heridas del pasado, sólo quería correr, ser libre por una vez.

-Nunca me imaginé que ocurría esto. En otra situación no me hubiera importado quién se cruzará por delante, pero nunca imaginé que ella fuera la persona con la que necesitaría vivir el resto de mi vida- mis patas pararon en seco, sentí que todo mi cuerpo me ardía -¡Oh! ¡Vamos!- grité mentalmente con irritación -¡¿Por qué te transformas en lobo y ahora quieres volver aparentar ser un humano?!- le recrimine mentalmente a mí lobo. No obtuve respuesta.

* Cuando me desperté, estaba en la habitación donde Candy y yo, nos habíamos escondido unos momentos antes -¿Qué hago aquí?- me levanté poco a poco del suelo, intentando no caerme, debido a el mareo que presentaba.

Me dirigí hasta la puerta de salida donde había una nota:

《Villiliam, Carla y yo hemos decidido encerrarte para que pienses en el riesgo que corremos por tu culpa. Te sacaremos de aquí esta noche a las 10. Estarás encerrada 12 horas, sin comida. Hay un baño con agua potable en la ducha. Hacemos esto por tu propio bien, no nos culpes. Un beso mío y de Carla. Hoy dormiré en tu habitación. Un beso te queremos.》

La ira cegó mi mente, no porque me hubieran encerrado, si no porque -¡Esta letra es de tía Carla!- mi garganta me dolió, cuando una mezcla entre gruñido y grito broto de ella.

Mis puños golpearon la tabla de madera y la partieron aunque no sirvió para nada -¡Han puesto una puerta blindada! ¡Y de plata!- la ira era enorme pero la contuve.

Respire hondo y me senté en el suelo frío, me centré en la ira que sentía. Estuve callada con los ojos cerrados, sentada como si fuera un Buda, y me calme a mí misma.

-Bueno- susurré en un suspiro -Al menos, Candy no cogió el walkie talke, ni su móvil- me acerqué y mire su móvil - tiene un 73 por ciento de la carga- pensé aliviada aunque no era demasiado.

Cogí el móvil y el walkie talke y los guarde los bolsillo de mi pantalón

-Pues iré investigando todo lo que hay en este vestidor- en realidad estaba feliz por tener algo que hacer pasar el tiempo pasa más rápido.

-Supongo que no habrá comida, ni cama, ni nada para la comodidad durante mi estancia- una sonrisa amarga apareció en mi rostro. Me di la vuelta, y me dispuse investigar la habitación blanca, que parecía desierta, sólo se distinguían las paredes blancas, y armarios beige completamente vacíos.

Una loba diferente. (Abandonada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora