Prólogo

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Sus hermosos mechones dorados caían por su suave espalda; ella con una sonrisa radiante, un vestido simple de flores pequeñísimas y un listón a juego; caminaba en dirección a la casa de Noah Swam. Su novio de la secundaria desde hace algunos meses.

Hanna era el tipo de chica perfecta para cualquier chico que se cruzara con ella; cabello de un rubio perfecto ondulado, ojos azules que reflejaban profundidad, labios finos color rosado y aún a flor de la adolescencia con unas curvas envidiables. Los ojos de las personas cada vez que Hanna pasaba, solo la miraban a ella y su sonrisa hacía que el corazón de cualquier poeta dejara de latir.
Pasar por los pasillos para ella era como desfilar en una pasarela de modelaje, sentir las miradas de deseo hacían que su autoestima subiera a cantidades inimaginables. Ser todo lo que las personas morían por ser, era un sentimiento de delicia que ningún perfume de Victoria 's Secret podía provocarle.
Hanna amaba maquillarse, ponerse ropa femenina, socializar, adoraba sentirse querida por sus compañeros; y aún más, adoraba tener al chico más popular y guapo de la secundaria.

A Noah nada de eso le pasaba desapercibido. Él sabía el trofeo de novia que tenía y lo supo desde que comenzó a cortejarla en primer año de secundaria, de que Hanna se volvería su novia. Lo admiraban, no sólo por ser el mejor de su generación en fútbol americano, ni por ser el más conocido y cotizado entre las chicas, ni por su dinero, ni amigos; sino también lo hacían por Hanna. Ella era la envidia de todas las chicas, la más hermosa de entre todas ellas ¿Quién no la iba a desear?

Hanna arregló las arrugas de su vestido y antes de tocar la puerta de la casa de Noah, pasó sus delicadas manos por sus perfectas ondas de pelo, luego tocó el timbre.
Noah le había dicho que ese día conocería a sus padres y eso hacía que su corazón comenzara a latir muy rápido; a pesar que muchas veces Hanna se preguntaba porque él nunca podía ir a su casa a recogerla o darle detalles románticos como veía en las películas y los amores jóvenes suelen hacer; sin embargo, solía calmar esos pensamientos al recordar que Noah, solo tenía ojos para ella.

—¡Hanna! ¡Por fin! Te tardaste demasiado —Noah abrió la puerta y tratando de hacer pasar a Hanna también intentaba desesperadamente tapar un extraño moretón en su cuello.

Todos los pensamientos que Hanna había calmado volvieron de forma rápida a ella. Eso no era un moretón y quizás, él no solo tenía ojos para ella.
Muchas de sus amigas incluyendo a las más cercanas, le advirtieron en las últimas semanas que probablemente Noah le estaba engañando; solo una de sus mejores amigas, Jessica, le decía que Noah era lo mejor que podía pasarle. Hanna solía creerle la mayor parte de veces.
Un sonido repentino llegó al teléfono último modelo de Hanna, que con mucho esfuerzo sus papás se lo habían comprado. Hanna tratando de borrar el recuerdo del chupetón del cuello de su novio, sacó su teléfono de su pequeña cartera de marca; y vió los cientos de mensajes que llegaban.

Número desconocido:
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¿Este no es tu novio?
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Número desconocido:
¿Noah Swam?
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Karol💘:
HANNAAA!!!
Mor
Mira lo que hizo ayer el idiota de Noah en la fiesta
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Te juro que voy a matar a Jessica

Jessica👯‍:
Nena, sea lo que sea que te hayan dicho de Noah, es mentira. Yo estuve ahí no pasó nada

—¿Hanna? ¡Hanna! —gritó Noah, haciendo que ella levantara la cabeza de su teléfono asustada —¿Qué mierda estás viendo?

—No lo sé, creo que tiene que ver con la fiesta a la que fuiste ayer, la cual me dijiste que no fuera ¿Por qué? —Hanna hizo un ademán de entrar a los mensajes que seguían llegando, pero Noah se lo arrebató antes que ella pudiera reaccionar —Noah, por favor devuélveme mi teléfono. La anterior vez rompiste mi pantalla y hasta ahora no pude arreglarla.

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