¤¸¸.•mitología

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Day 6; donde Rubius es un tritón y Auron un simple niño.

Caminó marcando sus pasos con fuerza, intentando demostrar que estaba enfadado con su tío Luzu. Quería ser de ayuda, y él solo le mandó a buscar arena, mientras todos los demás hacían algo productivo.

Al llegar a la playa, se sentó en la arena, todavía enfadado con Luzu por pensar que no podía hacer las labores de un adulto. Refunfuñaba cosas mientras jugaba con sus deditos en la arena, sin nada de ganas de empezar a recogerla.

Se levantó y empezó a pasear por la orilla, riendo cada vez que venía una ola y le hacía cosquillitas en los pies. Perdió la noción del tiempo, y caminó tanto que acabó perdiéndose.

No sabía que hacer, nunca había estado por allí y no sabía como volver. Lo único que hizo fue llorar, llorar y llorar esperando que sus padres o algunos de sus tíos le escuchasen.

Puede que ninguno de ellos le escuchasen, pero si le escuchó un tritón que nadaba por el enorme mar. Curioso, el pequeño tritón de cola blanca salió a la superficie, viendo allí al humano. Nunca había visto un humano tan pequeño, así que se acercó aún más con mucha curiosidad, intentando no ser visto por él porque no quería asustarle.

Pero falló, ya que el pequeño Raúl si que lo vio. Aunque en vez de asustarse, lo que pasó es que su llanto cesó y se olvidó completamente de que estaba perdido. Sintió como su corazón empezaba a latir con más fuerza cuando sus ojos conectaron a los del chico con cola, pero no supo la razón de ello.

En cambio, el pequeño de pelo blanco sintió su cara enrojecer así que se volvió a hundir en el agua, completamente asustado, pero sin querer irse de allí.

-¡No, no te vayas! - exclamó Auron, adentrándose un poco en el agua-.

Rubén se sorprendió de que hablasen el mismo idioma, así que ya con más confianza volvió a salir a la superficie. Se acercó mucho a Raúl y le rodeó inspeccionando todo, aprovechando que era su primera vez cerca de un humano.

Acercó mucho su cara a la contraria, tanto que sus narices casi rozaban. Le miró fijamente a los ojos, pensando que eran demasiado bellos para ser reales.

-Que lindo eres- murmuró Rubén, tocando con un dedito la mejilla colorada del otro-.

-¡Ay, si hablas mi idioma!- Raúl no pudo evitar sonreír ampliamente, contagiando su sonrisa al otro- Yo me llamo Raúl, ¿tú como te llamas?- preguntó, tocando un mechón del suave pelo del tritón-.

-Yo soy Rubén- dijo, hundiéndose un poco en el agua-.

-¿Sabes respirar bajo el agua?- preguntó asombrado Raúl al ver pequeñas burbujas que indicaban que estaba respirando-.

-Si, ¿Te enseño?- preguntó Rubén ilusionado por poder enseñarle algo-.

La tarde pasó rápidamente para los pequeños, con muchos intentos de parte de Rubén tratando de enseñar al humano a respirar bajo el agua y con Auron intentando enseñar a caminar al tritón.

Se lo pasaron realmente bien, habían conectado y ambos lo sentían. El problema es que ya era al atardecer y el pequeño tritón tenía que volver a su casa, pero no quería dejar a Raúl solo en la noche.

-¿No recuerdas por donde viniste?- preguntó, moviendo su cola suavemente-.

-Vine por la orilla del mar, pero no recuerdo por donde- hizo un puchero involuntario, cosa que hizo sonrojar al de ojos verdes-.

-¡Auron!- se escuchó un grito lejano, haciendo que el puchero del castaño se convirtiese en una enorme sonrisa-.

-¡Ese era mi papá!- exclamó, ilusionado, aunque tras darse cuenta de que se tenía que ir volvió a su puchero- Nos volveremos a ver, ¿no, Ru?-.

El humano vio como su nuevo amigo se acercaba a él y asintía entusiasmado, así que él sonrió ampliamente. Para despedirse de él, se agachó y estiró sus labios, esperando dar con la mejilla del contario.

Pero Rubén se extrañó de ese gesto así que apartó la mejilla con el ceño fruncido. No sabía la razón de dar un beso en la mejilla, si había visto como sus padres se daban un beso en otro sitio.

Así que, con toda su inocencia, estiró sus labios juntandolos con los del otro, quien se sonrojó al abrir los ojos y ver qué estaba besando, pero se sentía bien. No quería apartarse.

Rubén sintió un cosquilleo en sus labios y un escalofrío le recorrió el cuerpo entero. Pero ese momento acabó cuando escuchó ruidos cercanos en los matorrales y, asustado, nadó mar adentro.

-¡Auron!- exclamó uno de los padres del pequeño, corriendo hacia él y abrazarle- ¡Nos habías preocupado!-.

-¡Papá, he hecho un amigo!- exclamó emocionado, devolviéndole el abrazo a su padre con entusiasmo-.

Y después de ese día, Raúl y Rubén nunca han dejado de verse y despedirse con un tierno beso.

La idea me gustó, y lo escribí en poco menos de una hora, aún así siento que podría estar mucho mejor aksdjhas <3

Me salté el omegaverse porque no se escribirlo, y lo intenté muchas veces. Sorry por nacer 😔👊

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⏰ Última actualización: May 10, 2020 ⏰

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