Final 2/2

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–¡No!, ¡No dejaré que le hagan daño! – corrí detrás de Seoyan, pero los guardaespaldas de mi padrastro me detuvieron. –¡Suéltenme! ¡EL NO HIZO NADA!– me solté de su agarre y salí de la habitación.

Mientras corría escuché un disparo y sentí un fuerte dolor en mi brazo; me habían disparado. Me giré y vi a mi padrastro apuntándome con su arma.
–Si vas a salvarlo te vas a arrepentir, Min Yoongi.

Dijo y yo ya me encontraba caminando a la salida. Apreté mi brazo fuertemente intentando detener el pequeño sangrado.
–¡NO PODRÁS SALVARLO!, ¡ASI COMO NO PUDISTE SALVAR A TU MADRE!
No me detuve hasta llegar a la entrada, tomé las llaves de un auto y salí.

–¡Mierda!... – agarré mi brazo una vez más.
Subí al auto y conduje muy rápido, y así tratar de alcanzar a Seoyan. Tomé mi teléfono como pude y le envié un mensaje de texto a Hoseok.

Hoseok

Estaba cuidando a mi madre cuando llegó un mensaje a mi celular de Yoongi. Lo revisé, pero no entendía muy bien lo que quería decirme. Iba a responderle, pero la puerta de la sala se abrió de golpe dejando ver a un enfermero algo agitado y sospechoso. Me acerqué a él, pero este ágilmente sacó un arma y me apuntó con esta.
–¿Qué-quién eres?– mis piernas comenzaron a temblar.

–Sabes muy bien quien soy, Hoseok.– avanzó y yo retrocedí.
–¿¡Seoyan!?– abrí mis ojos y vi a mi madre durmiendo, corrí a protegerla con mi cuerpo. –¡No le hagas nada a ella, por favor!– me agaché para suplicarle. –¡Por favor, por favor, a ella no la mates!
–Tú sabias las consecuencias, te lo advertí.– tomó mi mentón y apuntó con la pistola en mi frente. –No te prometo nada...– miró a mi madre y se acercó a la maquina que le permitía respirar.
–¡NO LE HAGAS NADA, POR FAVOR!– lloré mientras suplicaba acercándome a él. Le tomé el brazo.
–¡Deja!– se quejó cuando lo empujé lejos.

El sonido de la maquina era intenso, vi a mi madre convulsionar. Sus latidos se hacían cada vez menos notorios, la estaba perdiendo.

Suga

Se escuchó un disparo.

–¡NO!– bajé del auto corriendo.
Rogaba porque no fuese demasiado tarde. Vi a un enfermero correr en dirección contraria a la mía, golpeó mi brazo con su hombro. Me quejé del dolor y le grité, pero en seguida seguí corriendo a la habitación.
Empujé la puerta y la escena era choqueante.

Había sangre por todos lados, se escuchaba un pitido finito en la maquina de la señora Jung y lo peor de todo... un cuerpo tirado en el suelo. Hoseok.
Me tiré al suelo llorando desconsoladamente.

–No... no te vayas, por favor– moví su cuerpo, no me importaba mancharme con su sangre, pues lo quería de vuelta conmigo. –No te mueras, no me dejes...
Apoyé mi cabeza en su pecho, con la esperanza de escuchar latidos, pero no pude.
–Por favor, no me dejes... te amo... te amo... perdóname, así no teníamos que terminar. – lloré desgarradoramente y solté su cuerpo unos segundos después.

Me levanté y fui hasta donde su madre para mirarla.

–Perdón, señora Jung... no le cumplí, no pude– me recargué en su camilla arrodillado ante ella y lloré como nunca. –Le fallé, yo no pude protegerlo. Perdóneme– miré a Hobi y limpié mis lágrimas –Te juro que voy a hacer pagar a todos los que hicieron esto. Por ti, por tu madre y la mía.

Caminé una vez más hasta el cuerpo de Hobi y besé sus labios por última vez. Salí de la habitación y me dirigí al auto. Me subí en este y arranqué perdiéndome por la ciudad lo más rápido que pude.

Estaba furioso y tan desconsolado como aquella vez que perdí a mi madre. Me volvieron a quitar a lo que más amaba en el mundo, pero esta vez no se quedará así. Juraba en silencio.
Volví mi vista al frente una vez que limpié mis lágrimas viendo una cegante luz brillante. Luego era todo negro.

FINAL
Gracias por leer

__bts.latino

Último Amor - [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora