Vladimir Putin y el Tesoro de Baba Yaga 3

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Luego de romper el hielo con su broma, el presidente calla y escruta los rostros de los detectives. Al mirar a Piccarielo, este saca del bolsillo de su saco un pañuelo que extiende sobre el escritorio.

—Estas son las monedas que se encontraron  junto al cuerpo del Durmiente. —Dice el hombre ante la rabia apenas disimulada de Igor y el dolor de Vassily.

Toma una a una las monedas y va explicando su origen, valor e historia. Toma una moneda antigua y dice: Tetradracma de Katana, Sicilia acuñado cerca del 450 a.c, bastante antigua. Esta de aquí es un  centén segoviano de 1600, moneda muy cara. Aquella de allá es una moneda de oro con la inscripción de Ayers Rock de Australia y para terminar varios Obolos y Tetradracmas Griegos.

—¿Es una colección valiosa? —Dice Vassily a quién la avaricia no le permite callarse.

—¡Muy valiosa! —Piccarielo habla con la frialdad del experto. Solo el Tetradracma de Katana y el centén segoviano valen lo suficiente para mantenerse bien sin trabajar por el resto de una vida.

Vassily cierra la boca y se entrega a la demolición de todos sus sueños de independencia económica y boato. Igor no se explica la traición de Piccarielo y se entrega al desasosiego y la amargura.

Vladimir se levanta de nuevo, da una vuelta alrededor de su escritorio y corre la cortina de la ventana a su derecha.

—¿Se ha dado cuenta, Piccarielo que esas son las monedas de los países dónde han habido asesinatos del Taman Shud? —Habla el presidente que abre la ventana y mira hacia afuera.

—Solo faltaría una moneda Rusa, señor presidente.

—Asi es, por lo que podemos concluir que el caso del Durmiente no es un asesinato del Taman Shud, pero ¿Qué nos están diciendo?—el presidente hace una pausa, luego sigue hablando. ¿Quién es el Durmiente? ¿Porqué el Taman Shud deja esas monedas?

—Es un homenaje al Durmiente, un reconocimiento de sus servicios. — Dice Igor que piensa que es mejor ocuparse a lamentarse.

—Interesante idea amigo Igor. —Piccarielo habla mientras guarda las monedas en el pañuelo. 

—Se podría decir que si averiguamos quién es el Durmiente avanzaremos mucho en el caso del Taman Shud, Piccarielo. —Dice el presidente que corre las cortinas y mira a su interlocutor.

—O simplemente será juntar más información sobre el Taman Shud. Le responde.

—Veo que están desconcertados, caballeros. —Dice el presidente cuando ve a nuestros detectives.


—Si Señor presidente.—Responde disciplinado Igor.


—Si Señor presidente.—Balbucea Vassily que quisiera echarse al suelo en posición fetal.


El presidente se sienta y comisiona a Piccarielo la tarea de explicar a nuestros descorazonados detectives el asunto que se traen entre manos.


—Caballeros, ha sido un placer verlos. —Espero noticias suyas sobre el caso.

Salen de la oficina y transitan los mismos pasillos, pasillitos, escaleras y salidas a jardines que atravezaron la primera vez que llegaron. Al salir del complejo fueron a un café a pesar de las protestas de Igor y Vassily que querían ir a un Bar.


—¿Es seguro hablar aqui? —Dice Igor.


—Tan seguro como en cualquier lado y tal vez más seguro que en el palacio de Gobierno.


—¿Qué pasará con nuestras monedas? —Pregunta Vassily.


—¿Nuestras monedas? — Piccarielo sonrie y hace una pausa—. pensé que había quedado claro que estas no son nuestras monedas.

Piccarielo termina de hablar y contempla la derrota de los dos detectives que cabizbajos no responden.

—Lo siento mucho, de no haber sido por su origen las hubiera negociado.

—No voy a decir que no te preocupes, pero debes entender que nos habíamos hecho ilusiones... —Igor interviene apesadumbrado.

—¿Por qué no se habló de la muñeca de Baba Yaga, el mortero y el majadero que encontramos allí?

Vassily enciende un cigarrillo ante la mirada de Igor que se abstiene de recordarle su promesa de dejar de fumar.

—¡Por la monedas claro! —Interviene Piccarielo a quién la mención de las monedas antiguas ya cansa. —Baba Yaga quedó como una referencia lejana, y de hecho lo es, por ahora no sabemos que quieren decir con esa muñeca...es algo nuevo para el Taman Shud...

—¿Qué es el Tamam Shud? —Interrumpe Vassily.

—Significa "es el fin" en Persa y es la firma de una organización que trabaja recolectando información de los gobiernos del mundo.

Vassily e Igor se miran fastidiados, se preguntan cómo es que se vieron envueltos en este problema, pero no tienen más opción que seguir la corriente.

—En fin, el Tetradracma Siciliano le pertenece a un amigo de ustedes: Leonid el sapo.

—¿El dueño del "Roxy Kittens" ? —Lo dicen al unísono nuestros dos detectives.

—Si, el mismo. —hace una pausa saboreando su café— ¡qué buen café!

—¡Un momento! ¿No dijiste que las monedas eran del Tamam Shud? ¿Como es que la moneda, el Tetra...lo que sea,  es de Leonid?

Igor le hace una seña a Piccarielo con la mano para que este siga hablando. Vassily calla y se da cuenta de que debe refrenar su avaricia.

Piccarielo llama al mesonero y le pide que traiga más café y bizcochos; a nuestros dos detectives esta salida teatral de su interlocutor  les parece algo enervante.

—¿Ustedes de dónde creen que se saca información? —Piccarielo acerca la silla y baja el tono de su voz. ¿Generales, políticos y miembros de los partidos? —hace una pausa y espera a que el mesonero deje las cosas — El mesonero que nos acaba de servir, podría haber sacado una foto de nosotros, enviarla a un tercero que se la da a un segundo y este a su jefe...¿Se imaginan que cosas sabe Leonid?

Piccarielo tiene la atención total de sus interlocutores, toma un bizcocho y lo come con la mayor tranquilidad del mundo, Vassily e Igor escuchan tranquilos.

—¡Hagamos un pequeño ejercicio! —bebe un pequeño sorbo de café haciendo ruido a propósito— ¿Qué sabe Leonid de ustedes dos?

Igor no dice nada, se recuesta en su silla pensativo mientras Vassily niega tozudamente que Leonid sepa algo de él. "Que evidente es" piensa Igor, que observa como su amigo se atraganta con un bizcocho y es consumido por la apasionada defensa que hace de la ignorancia de Leonid sobre ellos.

—Vassily —Igor aprieta el brazo de su compañero— no sigas.

—¿La moneda es algún pago del Tamam Shud por algún servicio de Leonid?

—No amigo Igor, la moneda es del Tamam Shud, creo que le ordenaron a él que la colocara en ese lugar.

—Tiene sentido: Leonid puede usar su red de tráfico de drogas para llegar a cualquier parte.

—¿Dijiste que Leonid tiene una colección de monedas?

—Si Vassily, bastante valiosa, por cierto...

—¿Qué hacemos aquí?¡Vamos a investigar!

Vladimir Putin y el Tesoro de Baba YagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora