Primero que nada, quiero agradecerles por leer, por todos los comentarios y estrellitas.
Segundo, sé que ha pasado un tiempo desde que actualicé, pido disculpas por eso. Tuve que enfocarme en el colegio por un tiempo, pero quiero que sepan que no tengo intenciones de abandonar esta historia.
Espero puedan disculpar cualquier error ortográfico o gramatical.
Sin más que decir, espero que disfruten el capítulo.
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No quería verlo, más específicamente, no quería tener que decirle la verdad, decirle que le había estado mintiendo desde el principio, no quería ver la decepción en sus ojos, no quería dejar la felicidad que le había traído. Pero no tenía otra opción, tarde o temprano, él se enteraría.
Tampoco quería ponerlo en peligro, si alguien se enteraba que estaban juntos Leopold no descansaría hasta encontrarlo y ejecutarlo. No, no sería la responsable por la muerte de otro hombre que sólo se había atrevido a amarla. Pensó en no volver a verlo, en simplemente desaparecer sin dejar rastro, pero no podía hacerle eso, no después de que tan sólo hace unos días él le había pedido que fuera su novia. Cerró los ojos al pensar en eso, en lo lindo que había parecido todo en ese momento.
Había sido una estúpida al pensar que podría tener una segunda oportunidad en el amor. Cualquier posibilidad de un final feliz murió en el momento en que su madre mató a Daniel y la obligó a casarse con el rey.
Estaba decidido, tenía que terminar con Robin, y lo haría ese mismo día, aprovechando que el rey estaría en su habitación pasando la resaca.
Pensó que debía acabar todo lo antes posible, antes de que sus sentimientos se hicieran más fuertes, porque luego se le haría mucho más difícil.
Fue hasta su tocador, buscó papel y una pluma, y empezó a escribir.
Se reunirían en la ciudad, en el mismo lugar de la última vez, en una hora.
Después de mandar el mensaje con una paloma comenzó a arreglarse, buscó el vestido más sencillo que tenía y una capa con una capucha para cubrir su rostro. Así, si alguien la veía no la reconocerían, puede que incluso lleguen a pensar que de verdad es solamente una criada.
Llegó hasta el lugar sin problema alguno, ya se estaba haciendo toda una experta en salir y entrar al castillo sin ser vista.
No pasó ni un minuto cuando sintió unas manos en su cintura, asustándola igual que la última vez ¿acaso esto se estaba haciendo una costumbre?
—¡Tienes que dejar de hacer eso!
Robin sólo río para luego proceder a besarla suavemente.
—No pasaron ni tres días y no te imaginas cuanto te extrañé.
Regina no sabía como se suponía que iba a hacer esto, él estaba tan feliz y ella tenía que romper su corazón. Tal vez debía esperar, no tenía que hacerlo de inmediato.
—Yo también — fue lo único que pudo responder con la voz un poco estrangulada, pero por suerte él pareció no darse cuenta.
—Hey, me gustaría que conocieras a unas personas.
Se preguntó a quién más debía conocer de la vida de Robin, aunque no lo cuestionó, sólo asintió y se dejó guiar por él mientras su cabeza iba a mil por minuto tratando de encontrar la manera de decirle lo que debía decirle.
Caminaron por la ciudad durante unos 20 minutos y Regina cada vez se sorprendía más con el estado de pobreza en el que se encontraba el reino. Deseaba poder ayudarles de alguna manera.
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Outlawqueen Love Story
FanfictionRegina decide entrar a la taberna y conocer a su alma gemela, quien resulta ser nada más y nada menos que Robin Hood, el famosísimo ladrón que es buscado por su esposo el rey y toda la guardia real. Ambos sienten una conexión al Instante, sin embarg...