Hoy te escribiré una carta con cosas que deberías saber, pero nunca te las dije porque tuve miedo, temor y, tal ves, esta pequeña carta escrita en esta insignificante hoja de papel es una mamera de liberarme de todos aquellos sentimientos que me mantuvieron atada y en silencio durante tanto tiempo.
¿Sabías lo mucho que me encantaba tu sonrisa?, esa sonrisa provocaba locura, locura que me hacía capaz de inventar cualquier estupidez con tal de verte sonreír una y otra vez. ¿Sabías que estuve a punto de salir a buscarte mil veces a tu casa, tocar a tu puerta sin tener una sola razón para hacerlo?, ¿sabías que preparaba una vida para ti, salir y conocer un mundo perfecto, un mundo en el que encajaras perfectamente tú y tu belleza?, ¿Sabías que algunas veces sentí celos? Sentí miedo a perderte para siempre, tenía miedo a perder lo más hermoso que había encontrado. ¿Sabías que en muchas ocasiones estuve a punto de llamarte por las noches, no para desearte "las buenas noches", si no, tan solo, para escuchar tu dulce vos y decirte cuánto te extrañaba? Tan solo eso, nunca quise alejarme, nunca quise irme, solo quería que me siguieras, que me quisieras, pero, nunca lo hiciste... ¿Sabías que escribí más de cien mensajes, mensajes que nunca te llegaron y algunos que jamás envié? ¿Sabías que, en algún lugar y en algún momento fuiste mi tema de conversación, conversaciones que se prolongaban por horas y siempre al final, después, me quedaba con una extraña sensación y muchas ganas de volverte a ver?
Me gustaba todo de ti, incluso aquello que no conocí, puede que te sorprenda, pero, cada día, descubría algo nuevo en ti, algo que me atrapaba. Cuantas veces escribí tu nombre en mi cuaderno, cuantas veces pase horas viendo tus fotos, recordando tus palabras, intentando descifrar lo que me decías. Cuantas veces imaginé una vida contigo, cuantas veces perdone todos tus errores, y creo que lo volvería a hacer sin pensarlo tanto.
Es verdad, tuve muchos defectos, algunos que no conociste. Tú habías conocido lo peor de mí, pero solo me quedaban ganas de ahora darte lo mejor. Cuantas veces me quedé mirando al cielo, pidiendo por ti, y no para que estuvieses a mi lado, si no para que el cielo te cubriera con las bendiciones más hermosas, y que, algún día, pudieras encontrar a alguien especial para tú vida, alguien que pueda hacerte sonreír, alguien que pueda robarte lagrimas de felicidad, alguien que al tomarte de la mano también este tomando tu vida y tu corazón, alguien que te sorprenda cada maldito día, con esos pequeños, pero, grandes detalles, que yo soñaba siempre con darte, pero, sobre todo, yo pedía al cielo porque fueras feliz, muy feliz sin importar lo que implique, porque así te conocí y así me enamore de ti, así te recuerdo con todo el cariño que creaste en mi vida. Fuistes El Unico para mi y, aunque, tal vez, nunca recibas esta carta, tal vez nunca la leas, pero, solo quiero plasmar en ella aquello que nunca dije, aquello que nunca me atreví a enseñarte, aquello que era importante, aquello que era para ti...
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LAS CARTAS QUE NUNCA ENVIÉ
AcakHoy te escribiré una carta con cosas que deberías saber, pero nunca te las dije porque tuve miedo, temor y, tal ves, esta pequeña carta escrita en esta insignificante hoja de papel es una mamera de liberarme de todos aquellos sentimientos que me man...