Lucifer también es un ángel

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-¿¡Pretendias causarle un infarto al padre Lucas o qué!?¿¡En qué estabas pensando Lucia!?- dijo mi madre
- Es que no estaba pensando madre - dijo mi hermano causándome más enojo
- Madre lo hice sin pensar, perdón pero debes aceptar mis decisiones y creencias, lucifer también es un ángel y yo lo quiero como a las demás angeles...- no me dejó terminar
- ¡Seguro que tu amiga Rebeca te está metiendo cosas en la cabeza, eso no es bueno te prohibido que la vuelvas a ver! - sentencio mi madre
- ¡Madre ella no tiene nada que ver con esto, no me puedes hacer eso!
- ¡Pues si lo puedo hacer lucía, es mi palabra y te vas a tu habitación a réflexionar sobre lo que hiciste! - antes de que ella se fuera muy enojada y al borde del llanto le grite
-  ¡Desearía estar con Lucifer y arder juntos en el infierno! - me di media vuelta y me fui a mí habitación y me encerré a llorar.

No quería hablar con nadie para algunos no significara nada pero ella no respeta mi forma de pensar y eso me hace sentir mal por qué es mi madre.

De tanto llorar me quedé dormida pero me desperté por qué no sentía mi cama igual, era más suave y hacia calor.

Me levanté y estaba empapada de sudor, mire a mi alrededor y no era mi habitación era auna habitación muy lujosa el piso es de mármol, las paredes son negras, una cama grande con sábanas del mismo color, en frente hay un tocador con un espejo muy grande con detalles de oro en el borde, todo párese un sueño, me pellizco el brazo y no estoy soñando todo es real.

Me levanto y voy directo al espejo para ver si mis pupilas están dilatadas y no lo están, escucho pasos lentos que se dirijen hacia aquí sin prisa, no sé que hacer busco un lugar donde esconderme pero una voz gruesa hace que me quedé petrificada  en mi lugar
- No tienes por que esconderte yo te traje aquí - un hombre alto con traje negro entra y se queda recargado en el umbral de la puerta, no sé cómo reaccionar y solo digo
- ¿De verdad eres tú? - y el solo se quedó ahi parado observándome sin creer mi pregunta
- Cariño, de verdad preguntas eso soy único en este mundo
- Esto no puede ser real - susurré más para mí y el dijo
- Claro que es real lucí, tú pediste arder conmigo aquí - dijo y sonrió
- ¿Entonces estamos en el infierno?- dije y el asintió con la cabeza
- ¿Que piensas hacerme? - dije con un poco de miedo
- A ti nada cariño, cuando era más joven esperaba este momento y creo que tú también - no entendí las cosas al principio
- ¿Tú me conocías desde antes?- pregunté y con una cara de sorpresa
- Recuerdas a tu amigo imaginario que te iba a visitar todas las noches... Era yo - dijo y me quedé aún más confundida pero satisfecha, me acerque hacia el y le dije
- Yo también estaba esperando este momento para hacer esto - lo abrase y el no me correspondió al principio pero segundos después lo hizo, el me abrazo más y me dijo
- Cuando tu mudo se caiga a pedasos yo te puedo compartir del mío - nos separamos y le pregunté
- ¿Hay agua en el infierno?- el me vio a los ojos pues un segundo y dijo
- Solo para el rey y su invitada de honor ¿Porque?
- Es que estoy empapada de sudor - dije
- Es el infierno cariño, pronto te acostumbraras
- Puedo darme un baño...oh pero no tengo más ropa - dije un poco avergonzada
- Por eso no te preocupes te conseguí ropa, junto a mí clóset está el tuyo y hay de todo, y ¿Tienes hambre? - me preguntó pero no me dejó responder - Ordenaré que te hagan un banquete mientras tú te duchas ¿Okay? - dijo y asentí
- Oye y el baño está al fondo a la derecha - asentí y fui directo allí

Cuando termine de bañarme salí con una toalla alrededor de mi torso y fui al clóset y me puse unos shorts y un crop top negros con unas sandalias, entre al cuarto y estaba el sentado en la orilla de la cama recostado sosteniéndose con los codos
- Espero que tengas hambre por qué hay mucho por comer - lo dijo y sonrió con un poco de malicia asentí y me guío al comedor y había una gran cantidad de comida como para un ejército lo volteo a ver y sonríe tímidamente
- No sabía que se te antojaba o que querías y pues...- lo interrumpí dándole un beso en la mejilla y es se sonrojo un poco pero trato de ocultarlo
- No por ser el diablo significa que no puedas sentir amor o cariño y gracias por esto - dije viendo toda la comida
- Te lo mereces lu, oye después de comer podemos hablar - dijo el
- Okey, y ¿sobre que hablaremos?
- Ya sabrás, ahora siéntate a disfrutar el banquete infernal lucí.