Heat of the heart

Capítulo 1

Draco se crispó irritado. Por cerca de dos días se había estado sintiendo demasiado grande para su propia piel, como si estuviese tensa y caliente sobre sus huesos. Se quejó por lo bajo mientras sacaba un pañuelo para secarse el sudor de la frente.

Sus ojos se deslizaron por la habitación, donde el constante rasgar de la pluma de Potter contra sus formularios de informes llenaban la pequeña habitación, causando que un vaso sanguíneo latiera en la mandíbula de Draco. Potter era su compañero auror, el único que había durado más de dos meses a su lado. No había estado muy interesado en asociarse con Potter, pero desde el momento en que los asignaron juntos, Potter había estado determinado a dejar el pasado atrás. Siempre cubría ferozmente la espalda de Draco en el campo de batalla y lo invitaba a tomarse una cerveza en un bar con una sonrisa encantadora.

La resolución de Draco de deshacerse de Potter tan rápido como pudiese se había desvanecido para la tercera semana. Potter había tirado sus defensas sin mucho esfuerzo con sus sonrisas fáciles y resultando ser un maldito buen detective. Sorprendentemente, era más listo de lo que parecía. Draco tuvo que admitir que Potter era realmente bueno en su trabajo. Ellos trabajaban bien juntos, equilibrando sus fortalezas y debilidades como si fueran yin y yang.

El único problema de ser el compañero de Potter es que era un idiota atractivo que aparecía con mayor frecuencia en los sueños de Draco.

Ras, ras, ras (sonido de la pluma sobre el papel)

Draco suspiró y se pellizcó el puente de la nariz con el pulgar y el índice, tratando de alejar el dolor de cabeza que había estado amenazando con apoderarse de él durante varios días. Merlín, estaba listo para saltar sobre Harry, y el hombre ni siquiera estaba haciendo nada fuera de lo común. Draco había estado irritable y de mal humor desde el miércoles y no podía decir exactamente qué se le había subido por el culo. Durante el té de la tarde del día anterior, Pansy le había dicho que parecía una maldita bruja en sus días del mes.

Aun así, claramente algo estaba mal con él, Con una larga exhalación, Draco subió la manga de su camisa revelando la piel moteada y con cicatrices de su brazo izquierdo, que una vez estuvo manchada por la marca oscura. Había pensado que portar la marca oscura sería el mayor de sus problemas hasta que una nube negra se cernió sobre su cabeza, haciendo que sus intentos por tener una vida tras la guerra estén llenos de grandes prejuicios.

Hace tres meses en una fría noche de invierno, un hombre lobo lo había mordido mientras estaba en una misión para el Departamento de Seguridad Mágica (DSM).

Fue la única vez que Potter no pudo salvarlo a tiempo. Había estado muy ocupado enfrentándose con Fenrir Greyback y otro mago que se había escondido junto a él en las mismas montañas en las que se ocultaba el otro. Al final se las arreglaron para capturarlo.

Las primeras trasformaciones habían sido horrendas. Pero Potter se aseguraba de que tuviese la poción matalobos y cada mañana tras la luna llena, estaba ahí para ayudarlo a limpiarse y levantarse. Draco creía que Potter solo se sentía culpable por no haber sido lo suficientemente rápido. Él era la única otra persona que sabía que ahora era un hombre lobo, ya que dejaron pasar ese pequeño detalle en el reporte del caso. Draco no podía enfrentar su nueva realidad por sí mismo, así que a regañadientes aceptó su ayuda.

Draco tocó con un dedo la carne cicatrizada. Si entrecerraba los ojos, aún podía distinguir las débiles líneas de la marca tenebrosa. Por lo general, tocar su cicatriz hacía que se le erizara la piel del asco, pero en ese momento, el simple acto de pasar la yema de sus dedos por la marca de la mordida hacía que un ramalazo de calor recorriese su columna.

Draco parpadeo desconcertado. Entrecerró los ojos y cuidadosamente repitió el movimiento, saltando por poco de su silla cuando el calor aumentó pareciendo irradiar desde dentro.