Universidad

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— Así que Shouto, por qué quieres salir con mi hijo? — el mencionado nunca se imaginó ver al hombre con esa aura tan tenebrosa, ni siquiera Mitsuki o Katsuki lo habían visto tan serio.

— Vamos Masaru, no agobies al niño, suficiente debe de tener con Katsuki como para que tú también vengas a molestarlo — La mujer se paró tras de él y empezó a apretar sus hombros — Relájate, Shouto sabe las consecuencias si llega a tratar mal a bebé.

A ese punto Shouto no sabía a quién temer, a Masaru, Mitsuki o a Katsuki, quien parecía querer escapar de ahí.

— No se preocupen por eso, me aseguraré de cuidar bien de Katsuki.

— Con una condición — dijo el hombre — Sin sexo, hasta que ambos superen los veinte y cinco años, por ahora sólo besos, nada más allá.

Una risa nerviosa salió de la boca de Katsuki, suficiente clara para que su padre quisiera saltar sobre el bicolor.

Y no era que ya hubieran llegado hasta el final, pero las pajas y el sexo oral ya era muy inmoral para dos chicos que apenas empezaban a salir.

— Te llamaré — dijo el bicolor justo al salir de la casa.

— Más te vale.

Se dieron un pequeño beso y Shouto emprendió el camino a su casa.

— Espero que lo trates bien, es buen chico — su madre lo detuvo antes de que pudiera subir las escaleras a su cuarto — No se lo digas a tu padre — le susurró para entregarle una pequeña caja de colores tenues — Sé que no van a mantener esas manos quietas, después de todo aún son jóvenes y hormonales.

Le sonrió para después ir a la sala y acompañar a su esposo.

— Lubricado a base de agua, estrías, puntos, acción retardante? — se sonrojó y volteó a ver a su madre, quien ya estaba dando cariño a Masaru.

Guardo la caja en la bolsa de su chamarra y subió a su habitación.

...

— Es todo por hoy, pueden retirarse — inmediatamente los jóvenes empezaron a guardar sus cosas y abandonar el salón.

Todo era tan aburrido, lo normal para ser el primer día de clases donde te preguntan tu nombre, tus pasatiempos y por qué habían escogido esa carrera.

A Katsuki en realidad le molestaba un poco, tener que presentarse una y otra vez porque cambiaban de maestro o entraban tarde alumnos que se habían perdido.

Comprendía que eso solo era en primer año, sabía que solo los estaban tratando bien porque eran nuevos.

— Katsuki! — esa chillona voz — Espérame.

La castaña logró alcanzar al rubio un poco antes de que perdiera entre la multitud.

Katsuki la había visto desde que inició la primera clase, ahí estaba esa mata café buscando su salón. No tenía la intención de hablar con ella, pero por su desgracia le había tocado en el mismo grupo.

— Tengo hambre, deberíamos ir a una cafetería!

— No tengo tiempo Ochako — aceleró el paso con el propósito de perderla entre tanta gente.

Logró atravesar a la muchedumbre de la sin darse cuenta de que la chica siempre estuvo agarrada de su mochila.

— Por Dios Katsuki si no quieres hablar conmigo sólo dilo.

— Katsuki, te estuve esperando — la monotona voz del bicolor hizo presencia — Nos vamos?

Shouto permanecía en la entrada llamando la atención de quienes entraban y salían, y no tanto por la marca rojiza en su rostro, sino por el ramo de flores en sus manos.

【Love me harder than god】ᵀᵒᵈᵒᵇᵃᵏᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora