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Francia estaba algo feliz por saber que iba a ver a Canadá y lo mejor es que se quedaría en ese palacio con él, aprovechando que el angloparlante le dijo que solo iría por unas cosas y luego se iría al sur.

Las muchachas y el canadiense ya estaban esperándolos en fila horizontal, Dominicana estaba al lado del único muchacho ahí y ya quería ver la cara de Francia, y tener lo que sería la mejor satisfacción del mundo.

Por otra parte Canadá se encontraba nervioso, pero firmé con él plan, después de todo él no iba a perder mucho, o por lo menos eso esperaba.

Los dos imperios entraron como era costumbre, Francia miró a Canadá con una sonrisa prepotente pero afectuosa. El canadiense al ver que tenía su atención en él, tomó de la mano a Dominicana y la francesa cambió esa sonrisa a una expresión de molestia y desconcierto.

Dominicana disfrutó ver su rostro y no fue la única ahí que le encantaba ver molesta a Francia.

— Suéltala— dice Francia repentinamente y UK quedó confundido por ese acto— he dicho que la sueltes— repite entre dientes.

El imperio inglés miró a los dos jóvenes que estaban tomados de las manos y le pareció curioso.

— First, es increíble que lleves tan poco aquí y ya tengas novia— dice UK con una picardía inusual en él.

Francia estaba ardida, y esa sola palabra la enojó aún más.

— Oh, no , no, claro que no es su novia— alega Francia.

Canadá con algo de nervios hizo lo que quedó con Dominicana y le llevo la contraria a Francia.

— Si, ella es mi novia— dice Canadá y Francia apretó los labios y empezó a golpear la falda de su vestido intentando contenerse.

Perú desde la otra esquina sabía sobre el plan y le encantaba ver cómo estaba apunto de enloquecer. Uruguay por otro lado se cubrió la boca intentando contener su risa y Panamá era la que más tranquila estaba, ya que suponía que eso iba a salir muy mal. . . para Francia.

— ¿Y a ti que te pasa?— pregunta el imperio inglés con el ceño fruncido.

— Yo....— intentó crear una excusa pero Dominicana termino por rematar robándole un beso en el cachete a Canadá—Yo ya no lo soporto!!— gritó impactando a UK

La francesa se dirigió al par y tomó con fuerza el brazo de Dominicana obligándola a mirarla.

— Acaso olvidaste quién soy!— regaña Francia— No me subestimes fille!, él no es tuyo, es mío!.

Rápidamente soltó a la dominicana después de caer en cuenta lo imprudente que fue. Entonces alguien la tomó del brazo sin la menor delicadeza, y eso todos los notaron.

Quedó un silencio sepulcral por unos momentos y Dominicana era ahora la enojada con lo que estaba haciendo el imperio inglés.

El angloparlante, no era tonto para no comprender el significado de la última palabra, a la perfección. Francia levantó la mirada y se  encontró con unos ojos llenos de enojó y repudio.

— ¿Querrías repetir eso último damn bitch?— dice Reino Unido a lo que Francia algo avergonzada y con timidez desvía la mirada.

A esa acción la toma de los hombros con fuerza y la obliga a verlo. Francia temía las represalias que podría tomar UK en ese momento.

— Suéltala — dice Dominicana enojada llamando la atención de los dos mayores.

Casi de inmediato el imperio inglés la ignora, y Costa Rica se adentra a la situación.

— Qué no escuchó?, suéltala — dice con firmeza.

UK rió un poco tanto enojado como incrédulo de que las colonias estuvieran hablándole de ese modo.

— Y por qué tendría que hacerlo?— pregunta sarcástico. Costa Rica no supo que responder y Uruguay también intervino.

— No le estamos diciendo, hágalo!

Cómo sí de un buen chiste se tratará UK rió y empujó a Francia al suelo.

— Oh God— se acercó a la uruguaya—  ¿Quien te crees tú para hablarme así?, ¡¿Quienes se piensan que son?!; ¿les recuerdo quienes son?, ustedes señoritas, son solo débiles, pestes, inútiles, que solo sirven para coser y limpiar.

En cada palabra se ganaba el odió de las menores, luego miró a Francia.

— Y tu, solo un objeto con el que desgraciadamente tengo la obligación de estar. Ni siquiera cumples con tus funciones como esposa.

Con eso dió media vuelta y se fue de la estancia con el fin de abandonar el Palais Nord. El silencio nuevamente quedó; Francia que aún estaba en el suelo se levantó y se dirigió a su habitación para encerrarse allí.

[...]

Con los chicos; Argentina estaba muy emocionado. Y era tipo: "Abran paso que su momento había llegado!", porque, a las colonias que llegaron sin nombre él se encargó con gusto de ponerles un nombre adecuado.

— Che otra vez, tu te llamarás Bolivia, tu Cuba y tu Paraguay!

— Para, que?— pregunta el ahora nombrado paraguayo.

— Está bien, repite conmigo pedazo de Gil, Para... Guay, Paraguay

— Paraguas dice— bromea México.

— Ya, ya entendí, Paraguay— repite el paraguayo— Es solo que no siento que sea para mí.

— Eso pensé yo!!— gritó México y luego se lo toma en relajó— Pero uno se acostumbra!

Mientras tanto Cuba no perdía su mirada en el más alto del lugar, en Rusia, quién tenía a Ecuador en sus hombros. Y era por el hecho de que ni siquiera lo conocía y ya le agradaba, y eso que el cubano no era del tipo que confía o que le agradará cualquiera.

Entonces se acercó y entabló su primera conversación con este. Hasta que se escuchó un grito a lo lejos, uno de auxilio y curiosos los chicos corrieron hasta el lugar.

Resulta que USA estaba herido, y el porqué; lo sabrán en el siguiente episodio...























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De acuerdo, para no dejarlos con la intriga.

Le habían ordenado limpiar la sala de descanso de los guardias; Tabarona entró y intercambio unas palabras con él (USA) que luego escalaron a mayor.

El tabareno le reclamaba que no se metiera en sus asuntos y el estadounidense defendía a Chile sobre lo que sea que quería hacer con él.

Entonces después de un rato sacó la daga ( de quién sabe dónde la consiguió) y con la intención de apuñalarlo en el estómago se acercó con rapidez. Pero el estadounidense lo notó rápidamente y evitando un golpe mayor alcanzó a rozar en su pierna dejándole una dolorosa cortada.

Tabarona salió rápidamente de allí y el estadounidense molestó y entre quejidos llamo por ayuda. Le sangraba la pierna y la tela de su pantalón empezó a mancharse.

Y lo curioso fué, que Cuba le ayudó con la herida reaccionando más rápido que cualquiera.

「ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏꜱ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora