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Ya estaba acabando la primera semana de clases, era viernes, y Yerin debía de admitir que había sido agotadora. Muchos proyectos y trabajos en grupo, por suerte estaba con sus amigos en la mayoría de ellos.

Yuju, por ser una chica dulce y muy atractiva, había atraído la atención de varios chicos y chicas y casi siempre la buscaban.

Yerin sonreía al ver lo bien que se había adaptado. La única que no parecía feliz era su hermana, Seulgi. Era una celosa de primera, decía que si su hermana se echaba de pareja la iba a olvidar completamente a ella y más nunca tendrían noche de video juegos, pero Yuju le aseguraba que no iba a ser así.

Lo importante es que esa misma tarde era la tan famosa audición para el equipo de animadoras y casualmente, después de haber escuchado a Sowon hablar sobre el tema, Seulgi había decidido entrar también. Y ellas cómo buenas amigas debían de estar allí para apoyarla.
Las gradas estaban casi vacías, había algunos chicos riendo pero estaban en una esquina apartada, ya que todos los chicos populares estaban vistiendo el uniforme deportivo de fútbol americano o el traje de porrista.

También eran las pruebas para entrar al equipo. Estaban todos los chicos «que para el disgusto de Yerin y sus amigas eran atractivos» entrenando en el campo de fútbol. Había franjas blancas pintadas en el césped y los arcos característicos a los dos extremos de la cancha.

Ellas estaban sentadas en la primera fila.
Joy hablaba con los chicos mientras Yerin intentaba conversar tranquila. Estaba nerviosa, no sabía por qué, ya que por suerte Joy lograba caerle bien a todo el mundo, así que cualquiera que no fuera parte del grupo de Eunbi, no le dejaría en ridículo. Intentó calmarse, debía de hacerlo, pero justo cuando empezaba a relajarse las chicas salieron de los vestuarios, emocionadas, mientras agitaban los pompones azules.

El problema no era el uniforme, el cual era una camiseta blanca y azul manga larga que llevaba las insignias del colegio grabadas en dorado o la falda cortísima azul, que ondeaba de un lado al otro.

El problema era quien lo usaba y Yerin casi se quedó sin corazón al ver a Eunbi. Su cabello  brillaba con el sol de un color más claro y estaba sujeto en una cola alta mientras el uniforme se moldeaba en su cuerpo, resaltando las curvas de la cadera de la castaña y la falda «si es que podía considerarse una prenda de vestir» dejaba ver sus piernas perfectas.

Yerin ni se molestó en disimular, observaba fijamente a la castaña mientras ella hablaba con sus amigas en el campo.

Seulgi las saludó y también lucía muy bien en el traje, pero ni Eunha o Yerin la notaron del todo, ya que estaban concentradas en las dos chicas. Sowon vestía igual que Eunbi y hablaba animadamente, colocando las manos en su cadera.

Joy seguía sorprendida de que Eunha aún no se hubiese desmayado.

-¡Chicas!-les llamó la atención y a duras penas sus dos mejores amigas lograron mirarla-. Estamos aquí por Seulgi, ¿lo recuerdan?

Yerin cabeceó cómo idiota, el aire no le llegaba a los pulmones. En cambio, Eunha escondió el rostro en sus manos y comenzó a bufar, fastidiada.

Justo la castaña de ojos chocolates eligió aquel momento para alzar la mirada. Examinaba las gradas con desesperación, como si estuviera buscando a alguien, hasta que su mirada se posó en los profundos ojos de Yerin. Eunbi intentó actuar indiferente y le sonrió hipócritamente mientras Yerin echaba humo, esa niñita se estaba burlando de ella y estaba dejando que lo lograra. «Idiota, idiota».

-¡A sus posiciones!-gritó la entrenadora y las animadoras comenzaron a formar un grupo.

Los chicos, en la cancha, se organizaron en filas y comenzaron a jugar al escuchar el silbato. Era un juego amistoso pero daban la vida por anotar un punto. Era muy interesante, aunque Yerin quisiera seguirle el ritmo al juego, cada tanto se distraía por el baile que hacía Eunbi junto a las otras chicas. Alzaban los brazos y las piernas, algunas daban vueltas y otras hacían la estrella mientras cantaban: "Vamos equipo, Todos unidos por qué no podemos rendirnos. ÁGUILAS"

Rivales; sinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora