Hace mas de mil años, en Japón habitaban demonios escondidos, los cuales no todo el mundo era consciente de su existencia, el gobierno de aquella época se encargo de matarlos a todos, y a través de sobornos fue callando a todo el mundo que supiera d...
Antes de leer, les aviso de que este episodio ser un poquito más sangriento de lo normal, pero es muy poco. Simplemente lo digo para los que son muy sensibles.
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Narrador externo:
Un demonio andaba pesadamente por el bosque, estaba bastante aburrida. Caminaba y caminaba, pero no encontraba nada interesante que hacer. Pasaron los minutos y las horas, y el demonio llegó a subir una gran colina, despejada de árboles. Una vez en la cima a lo lejos pudo divisar una pequeña aldea, con pequeños niños corriendo y jugueteando, mujeres haciendo los quehaceres del hogar, y hombres haciendo vida normal. El demonio ensanchó una gran sonrisa pícara en su cara, y miro atentamente al pueblo. De un gran salto, llegó a este. Estaba seguro que se divertía sembrando el caos en aquella pequeña aldea.
Narrador Lena:
El encontrar un poco de diversión, me acerqué al pueblo de un gran salto algo impaciente.
Al instante en el que mis pies pisaron la arena de la aldea, todos los humanos de la zona voltearon a verme. Yo no les di tiempo a reaccionar, corrí hacia al primer humano que había en mi camino. Saque mis garras y se las clave en el hombro derecho, y brazo izquierdo. Esta al notar el dolor soltó un agudo grito, el cual era música para mis oídos. Saque mis colmillos, y los clave en el cuello de la muchacha, arrancando un trozo de carne. La sangre salió a chorros, y la mujer cayó al suelo muerta.
Así fui matando a los humanos de la aldea, algunos más rápido que a otros. Vinieron soldados, los cuales tampoco pudieron conmigo. Incluso algunos empezaron a quemar el poblado, en busca de su propia salvación y que yo me quemara viva. Cosa que no funcionó. Mate y mate, hasta que ya no quedo nadie vivo en la aldea.
Estaba por irme, y dejar que las llamas consumieran todo a su paso. Pero un llanto me detuvo. Moví mi cabeza de un lado hacia otro, buscando con la mirada el culpable de aquel molesto ruido.
Estuve corriendo de un lugar hacia otro, hasta que lo encontré, una madre, siendo aplastada por escombros producidos por el fuego, sujetaba a un bebé como si la vida le fuera en ello, se podía notar como no le quedaba mucho tiempo de vida. Estaba por matar a ambos sujetos, cuando la mujer alzó su mirada y me vio durante unos instantes.
- Por favor, cuida de mi bebé...
Se la notaba desesperada, y me extendió al niño para que lo cogiera. Yo, cogí al niño con una mano y un poco de brusquedad, este comenzó a llorar. No dude ni un instante.
Y lo mate
Oh, gran error el mío
La mujer al ver lo que hice, se puso a gritar, pero gritar de una manera inhumana. El sonido era tan fuerte que diría que la tierra se movía como en un terremoto, y tan agudo que todos los cristales del alrededor se rompieron en mil pedazos.
Me tape los oídos con ambas manos, y vi perpleja a la mujer. Esta se había comenzado a deformar. Saliendo así de bajo los escombros, convirtiéndose en una masa esférica y brillante. Cada vez era más brillante, tanto que me deslumbró cerrando así los ojos.
Al volver a abrirlos, el ruido había parado. Y enfrente mío se encontraba una mujer muy alta, brillante con una túnica, y ojos completamente amarillos y deslumbrantes.
- Lena, demonio del clan de los Páramos. Tú traicionaste a tu propio pueblo. Te saliste del camino y comenzaste a matar a todo ser viviente que te encontrarás. Los dioses pudieron observar todos tus movimientos, viendo así que en tu interior solo había oscuridad y rencor. Algunos exigían que debías ser castigada, otros querían darte otra oportunidad.
La figura hablaba, tenía una voz que resonaba en tu cabeza como si fuera eco. Tampoco sé distinguía si era masculina o femenina, era simplemente eso, una voz.
- Al final, los dioses decidieron darte otra oportunidad, haciendo así que pasases una prueba. Esta, era ver si eras capaz de sentir empatía y amor. Cuidando así del niño al que acabas de arrebatar la vida. Pero fallaste.
Dijo implacable la voz, con cada palabra de esta me estaba enfadado cada vez más.
- ¿Y entonces que me vais a castigar? Si tienes que hacerlo hazlo ya, menos hablar y más actuar!
Gruñí un poco al final, estaba realmente muy enfadada, quería irme ya de aquí.
-Bien, pues por la palabra de los dioses, tu castigo será...
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Espero que a la gente que haya llegado hasta aquí le esté gustando ni que sea un poco la historia :'v
