Martes.

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Es martes, son las 8:28 de la tarde y debo decir que no se que hacer,
Debo admitir que tampoco tenía idea el jueves por la mañana y aún menos a las 3:16 de la madrugada cuando me llega un mensaje tuyo y me aferró a mi orgullo para no contestar,
Y aunque quisiera que alguien me ayudará,
Que me dijera que no estoy sola,
Que me dijera que no me vaya.
No hay razón para confiar en ti, confiar en tu palabra,
Esas palabras suaves que tanto me hipnotizaban y terminaron apuñalandome por la espalda,
Si hubiera tan sólo una razón para quedarme lo haría pero ambos sabemos que no hay ninguna.

El tiempo pasa y los errores me persiguen,
Hay gente que se va sin pelea y hay otros que persisten,
La verdad es que a veces es mejor olvidar las excusas y elevar la bandera blanca,
Olvidar los motivos e irse y no volver jamás a donde estabas,
Pero te agradezco por qué me obligaste a hacer lo que yo jamás pude por mi propia cuenta,
Me obligaste a escoger entre tu y yo y se que ambos sabíamos la respuesta.

Es martes y estoy sin ti.
Jamás me sentí más sola, y jamás sentí más ganas de escogerme a mi.

El arte en pensar demasiado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora