Un sentimiento que todos odian, al que le tienen miedo, un sentimiento que nadie quiere tener ni atravesar, pero si lo pensas dos veces, el dolor puede llegar a ser el mejor de todos.
El dolor no podría existir si no existieran las demás emociones, claro está. Si no pudiéramos sentir felicidad, no sabríamos lo que es sentirse vacío. El dolor lleva consigo las alegrías, los buenos momentos, las sonrisas y el amor.
¿Por qué vemos el dolor como algo
negativo en nuestras vidas, si es el sentimiento que más cosas nos da?
El dolor nos enseña tanto que ni cuenta nos damos. Cada vez que lo sentimos, nos asustamos, inmediatamente buscamos la forma de salir de ahí, pero tenemos que dar vuelta las cosas.
Que te de alegría sentir dolor, porque gracias a él sabes que es lo que no queres tener otra vez, que cosas queres evitar. Si uno no viviera experiencias de poco agrado, jamás se enteraría que no las quiere volver a vivir. Jamás se enteraría como se siente un primer beso, un primer abrazo, un primer amor, más
importante, como se siente la primera perdida.
El dolor es un sentimiento que nos acompaña desde chicos para atajarnos ante nuestras aventuras. El dolor nos deja sentir libremente cualquier otra emoción, pero se queda esperando a ver cuándo volvemos a él para enseñarnos algo nuevo. Nos enseña sobre el
tiempo, sobre nuestros corazones, sobre lo malo y lo bueno. Podes estar viviendo el mejor momento y de repente te chocas con lo peor, pero el dolor no aparece para quitarte cosas, sino que tiene la intención de sumarte más de lo que ya tenías. El dolor nos abre los ojos, nos obliga a conocernos a nosotros mismos.
La próxima vez que sientas dolor, preguntale ¿Que me vas a enseñar hoy?
