Transitorio.

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Fragmento de una historia que nunca termine.


El transitivo paso por la desolación y el miedo a estar solo.

El joven Samuel experimenta la mas terrible agonía, típica de un adolescente, al perder al "supuesto amor de su vida", sin ningún previo aviso.



... y entonces se fue, la vio alejarse, solo pensando "rayos, tengo que hacer algo, sino se ira para siempre" pero sus piernas no respondieron, sus manos sudaban y en sus ojos se empezaban a acumular lagrimas haciendo su vista borrosa.

Solo después de un doloroso momento pudo levantar sus brazos y con un ligero roce, pero firme enjugo sus lacrimosos ojos, para darse cuenta que ella ya no estaba más ahí, solo su fantasma, solo su triste mirada y su sonrisa fingida, solo su figura sonriendo de una forma graciosa como lo hacía antes se había quedado.

En cuanto recupero el control de sus extremidades empezó a caminar, observando todo a su alrededor, pero no notando nada realmente, perdido en sus pensamientos, intentando no derrumbarse aún, camino hacia su casa descuidada, el portón oxidado, la pintura callándose a pedazos y no puedo evitar pensar "que lugar tan más apropiado" dejando ver una leve y melancólica sonrisa. Al entrar a su casa no saludo a su madre como de costumbre lo hacía, no volteo a ver qué es lo que veía su padre en la televisión ni mucho menos se sentó a su lado como diario lo hacía al llegar.

No. Solo se encamino a la planta alta, como si fuese un fantasma errante, entro a su propio cuarto sin prender la luz, se hecho sobre su cama, ignorando los cables y libros que había dejado sobre esta esa misma mañana, hundió su rostro en la almohada como si quisiera que esta le diera una solución o lo ayudase a que no doliese tanto o tal ves esperando que su almohada fuera ella, imaginando que la tenia entre sus brazos como en mas de una ocasión la tuvo. Pero no, nadie estaba a su lado, sus brazos no sostenían a aquella chica, solo sostenía una gris almohada.

Una, dos, tres lagrimas empezaron a brotar de sus grandes ojos color avellana, su pecho empezó a doler, sintiendo a la ves un vacío, sintiendo su ausencia y al mismo tiempo recordando todo lo que habían pasado juntos, hundió su cabeza con mas fuerza, abrazándose así mismo junto con la almohada.

Sus ojos ardían, su nariz escurría y su garganta quería explotar, gritar, necesitaba sacar todo su dolor, asimilar lo que estaba pasando aun no parecía una opción; se sentó en la esquina de su cama, miro su vieja consola de videojuegos sobre su estante no pudiendo evitar pensar las veces que quiso enseñarle a jugar, las lágrimas se volvieron a agolpar en sus parpados y sus manos se dirigieron a su estómago, abrazándose, sintiendo como se le iba una parte de sí.

3:45 am aun no podía dormir, no dejaba de pensar, daba mil vueltas en su cabeza pensando "¿que hice mal?, ¿Qué cambio tan de repente?, ¿Cómo es que todo tomo este rumbo?", sin pensárselo dos veces se levantó de un salto, busco cualquier sudadera en su viejo ropero y salió de su cuarto, bajo las escaleras en silencio, ya todos dormían, no había más que un silencio abrumador, tomo las llaves de la mesa y abrió la puerta, en cuanto estuvo fuera empezó a correr, alejarse, corrió, no vislumbraba nada, la velocidad con la que iba y sus ojos empañados de las lágrimas que amenazaban con escurrir no lo dejaban ver más allá que sus pies corriendo, pero él no se detuvo, no se detuvo hasta ver la tenue luz de la mañana, del sol empezando a salir del este.

Llego hasta un puente en medio de la ciudad, se detuvo, ya las lágrimas secas en las mejillas, sus labios secos y su cabellera despeinada, decidió sentarse en una de las bancas que ahí había, dejo caer su cabeza hacia atrás, sus músculos empezaron a pesar y sus ojos cansados solo querían descansar...

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