Tú, siempre en mi corazón.

142 18 6
                                    


Siempre fuiste tu.

Con tu gran sonrisa, tus brillantes ojos. . .

Siempre estabas ahí para mi, hiciese lo que hiciese, pasara lo que pasara.

Nunca te rendiste con tus sueños, tan maravillosos y magníficos, tan peligrosos para alguien tan bueno como tu.

Desde el primer momento en que me dijiste lo que querías ser, sentí un inmenso miedo a perderte. Por supuesto yo quería lo mismo, era el sueño de todo niño, ser un héroe como ningún otro, salvar a todos. . .pero, ¿Entonces, quién te salvaría a ti?

Recuerdo perfectamente aquella vez que llegaste a mi casa, entraste corriendo, ni siquiera saludaste a mi vieja, llorabas tan horriblemente. . . con sollozos tan fuertes, tan cargados de dolor, que desgarraste mi alma tan solo verte, no supe hacer más que abrazarte e intentar calmarte, no tuve el corazón para preguntarte la razón de tu llanto.

Cuando pareció que tu alma se secó por completo y dejaste de sollozar, me dijiste la razón de tu dolor, y yo mismo sentí mi corazón encogerse al saber que no tendrías un don, que tus sueños no se cumplirían sin siquiera haberlos empezado.

Después de un tiempo, me dijiste que aun tenias la idea de ser un héroe, que si lo conseguías a pesar de no tener don, serias muy fuerte y podrías con todo, demostrarías que no era completamente necesario, pero yo no me lo creía, no podía aceptarlo, sabía lo peligroso que era convertirse en héroe, mi madre me lo había explicado desde el primer momento, y tu querías serlo sin don, para mi era imposible, tenía la certeza de que algo horrible te pasaría si lo permitía, y yo te quería tanto, que no soportaba la idea de perderte o que te pasara algo.

Fue entonces, en ese momento, que decidí hacer todo lo posible para que dejaras la idea, sabia que te lastimaba con mis palabras, con mis acciones. . ., pero me reconfortaba pobremente  pensando que lograría que dejaras atrás tan arriesgado sueño, que lograría que te rindieras, llegando incluso al punto de realmente hacer que me odiaras, o bueno, así lo pensé siempre, después de todo, me había esmerado en ello.

Cuando nos graduamos, te dije algo terrible, de lo cual aun me arrepiento, sentía tanta desesperación, duré tanto tiempo intentando que pararas de intentar ser un héroe, convencí a todos de que hicieran lo posible para desanimarte, y no había servido para nada, temí tanto que realmente a pesar de todo, terminara perdiéndote por completo, que dije lo primero que se me ocurrió, y fui testigo del momento exacto en que tu pobre corazón se rompía una vez más con mis crueles e insensibles palabras, esa visión me atormentaría por el resto de mis días, estaba convencido.

Luego de huir patéticamente de tu presencia, decidí quedarme un poco, excusándome con los que en aquel entonces se creían mis cómplices en todo, diciendo que había olvidado algo, no les importaba lo suficiente como para querer acompañarme, y eso estaba bien.

Estaba tan preocupado de que realmente hubiera ido demasiado lejos, sabía que de todos modos lo había hecho, pero seguía intentando de convencerme de que era por tu bien..., al volver me escondí para observarte, temía que tomaras mis palabras en serio, te vi llorar, una vez más por mi culpa, observé tu alma romperse y desmoronarse de nuevo como aquella vez en mi casa, de niños, y mi corazón se hizo pedazos por saberme el causante de ello, quise llorar también, contigo, ir corriendo a tu lado y abrazarte, diciendo que olvidaras lo que dije, que todo estaría bien, pero no me lo permití, no tenía ningún derecho, hacía mucho que yo mismo me lo había arrebatado. Escuché cómo te quejabas de mi imprudencia al decir semejante cosa, preocupándote una vez más por lo que me pudiera pasar gracias a mis actos, en ese momento no pude aguantarlo y solté un sollozo que por suerte no escuchaste, tapándome la boca de inmediato, aguantando la respiración mientras veía como te ibas por fin abrazando aquel cuaderno que tanto amabas, cuando decidí que ya no volverías, decidí irme de igual manera, como si no hubiera estado a punto de quebrarme, como si nada hubiera pasado.

TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora