Maldición Mariposa 🦋 •|T.K|•

<<Capitulo 0, introducción 1/2>>

\\Narradora//

Jeon Jungkook, un niño inocente de tan solo 8 años quien amaba a sus padres y era correspondido. Eran una tranquila y feliz familia como la mayoría de las familias.

-Querido, ¿que pasó en la compañía?- pregunto su mamá a su papá mientras les servía un vaso de leche a su hijo y una taza de café a su esposo.

-Nada importante amor, solamente que otra vez kwan AhnSuk, quiere que le aumente el sueldo por sus hijos- tomo asiento el esposo para después tomar un sorbo de aquel café para medir su temperatura, estaba soportable para tomarlo a tragos.

-Pero no puedes hacerlo, el no tiene los suficientes estudios para encargarse de otros asuntos, aunque me da lastima su caso- la mujer se acercó a su hijo y le proporciono galletas para que acompañara su leche y desayunara de una vez no sin abrirlas antes, darle una sonrisa y revolver su cabello.

-Exacto, eso le dije pero sigue insistiendo-

-Pero papá, hay que ser buenos con la gente, la vida te lo devolverá- menciono aquel niño inocente metiéndose en la conversación de sus padres.

-En eso tienes razón hijo, pero estaría perjudicando a la compañía, a muchas personas- le proporciono una sonrisa a su hijo, le agradaba que pensará así pero no podía ayudar a aquel hombre.

-Hijo cuando seas mayor lo entenderás- la mujer abrazo a su hijo dándole un beso en su mejilla, en eso una idea se le vino a la mente.
-¿Y si lo capacitas?-

-Tambien sería un gasto...pero quizás si brinde frutos, le diré hoy- termino de tomar su café y se levantó, le dió un gracias y un beso de despedida a su esposa, después a su hijo, salió por la puerta y les dijo que volvía un poco antes de lo acostumbrado.

Toda la tarde madre e hijo se la pasaron jugando, a las escondidas, a las atrapadas, memorama, guerra de almohadas y cosquillas, al avioncito, serpientes y escaleras, entre otras cosas más.
Tomaron su clase de canto como era costumbre al igual que la clase de baile. Su mamá admiraba el tono de voz de su pequeño, le fascinaba por lo que siempre le pedía que cantara para ella cada vez que podía no sin antes prometerle darle algunos dulces.

El niño ya estaba muy cansado de tanto jugar, cantar y bailar por lo que se fué a dormir temprano a su cuarto, su mamá igual estaba cansada pero tenía que esperar a su esposo, y aliviarlo un poco mientras hablaban de cosas fuera de la compañía.

Se escuchaban unas llaves y el rechinar de una puerta, la joven mujer de tan solo 35 años dirigió sus pasos a la puerta principal donde su esposo se hallaba ahora cerrando la puerta con llave, pues nadie saldría de la casa en la noche así que no tenía caso mantenerla abierta.
Se sentaron en el sillón a platicar acerca de su Compañía y su hijo quien ya estaba en los brazos de Morfeo.

-volviendo al tema de la compañía, ¿Le dijiste a Kwan?- hablo la mujer quien se encontraba enfrente de su esposo en otro sillón mientras acariciaba las manos del contrario para aliviar un poco el estrés que tenía su esposo los últimos días.

-No, no sé presento en la compañía. Es muy raro, siempre que faltaba avisaba un día antes- Dijo el dueño de la casa inclinando su cabeza a un lado rápidamente y volviendo a como estaba antes soltando un suspiro pesado, un hábito el cual también tenía su hijo cuando notaba que algo era difícil, una de tantas cosas que hacía parecerse a su padre.

Las horas para que el día estuviera cubierto de oscuridad pasaron rápidamente, la pareja convivía tranquilamente en la sala de su casa viendo las noticias.
Cuando estaban apunto de irse a dormir escucharon un ruido del jardín de la casa, el hombre en estos casos protege a la mujer por lo que estaba cumpliendo con su deber al momento de pedirle a su esposa que retrocediera y abría la puerta con una linterna y una pistola que se encontraba cerca en la cocina escondida por alguna emergencia.
No tardó en escucharse uno, dos, tres, cuatro disparos y el cuerpo del papá caerse en el suelo de la casa con dos disparos en su cuerpo, uno en el pecho y otro en su hombro, la mamá grito ante tal escena que había presenciado y se giró corriendo hacia otra parte de la casa para encontrar otra pistola, la agarro con temblor en sus manos mientras apuntaba a aquel hombre que le había disparado a su esposo.