Harry y Ginny, tras despedirse de sus hijos en las estación, fueron a casa, a las afueras de Londres. Ron y Hermione los visitaban a diario, o viceversa, pues estos vivían al otro lado de la colina.
-Harry, ¿te acordaste de llevarle el caldero a Albus? -preguntó Ginny.
-Sí, tranquila -respondió Harry.- ¿Qué te parece si visitamos a los chicos?
-De acuerdo -contestó Ginny, que le cogió de la mano y juntos se aparecieron en la casa de Ron y Hermione.-
La casa era grandísima, aunque no tanto como lo era la suya y la de Ginny. Los cuatro eran personas de éxito; Harry y Ron eran aurores, Hermione era Ministra de Magia y Ginny era la capitana de una gran equipo de Quidditch.
-Chicos, abrid, somos nosotros -dijo Harry, golpeando la puerta con el puño tres veces.
-¡Harry, Ginny! ¿Qué tal? -Hermione acababa de abrir la puerta, un poco desaliñada y tapándose el torso con una camisa- Esperad ahí un momento -ordenó, y en unos segundos, que aprovechó Hermione para ponerse la camisa, entraron a la casa-.
-¿Venimos en mal momento? -preguntó Ginny, riendo al ver a su hermano saliendo de la habitación principal abrochándose los pantalones.-
Todos rieron, y Ron, cambiando a posta de tema de conversación, les ofreció un poco de té.
-¿Y bien chicos? ¿Recibisteis la carta de Neville? -preguntó Ron.
-Sí, sí, iremos. -respondió Ginny, todavía sonrojada por la situación.
-¿A dónde? ¿Ha escrito Neville? -inquirió Hermione.
-Lo siento, cariño. Se me olvidó decirtelo anoche. Neville nos invita a ir a Hogwarts durante unos días, y actuar como profesores. -dijo Ron- Evidentemente, le pidió permiso a Luna.
-Te recuerdo, mi amor, que aunque Luna sea la Directora, se han casado y que los dos actuan en esa posición. -respondió Hermione- Y, se puede saber, ¿porqué no me lo dijiste?
-Será porque llegaste a la una de la madrugada. -anotó Ron en tono burlón, y se sentó al lado de su mujer.-
-El cargo de Ministro de Magia es muy poco duro. -Alegó Harry defendiendo a Hermione-.
-Bueno, -dijo Ginny- Harry y yo hemos de pensar que asignaturas escogeremos. No podemos llegar mañana sin tener nada pensado-.
-Tienes razón -aportó Harry, levantándose-
Harry y Ginny se fueron, tras despedirse de sus amigos, hacia su casa.
Una hora más tarde, ya sabían lo que tenían que hacer. Parecía una tarea fácil, pero al fin y al cabo, eran muchos niños a los que les darían clases. Como Ron y Hermione ya sabían lo que iban a hacer (Hermione daría Pociones y Ron daría Encantamientos), sólo les quedaba a ellos elegir. Harry impatiría Defensa Contra las Artes Oscuras, y Ginny, tras pensarlo detenidamente, Transformaciones.
A la mañana siguiente, se reunieron los cuatro en casa de Harry y Ginny.
- Bien, creo que lo tenemos todo. -Dijo Hermione al cabo de un rato- Cuando queráis nos vamos.
- Espera, Hermione, ¿llamaste a Ernie para que te sustituyera en el ministerio? -Preguntó Ron-
- ¿Otra vez? Sí, ya lo sabe. Al igual que hoy Ginny no tiene entrenamiento, y tu y Harry os vais a escabullir gracias a mí, por si volvias a preguntar. -Ginny soltó una carcajada-
- Vamonos antes de que os matéis -bromeó Harry-
Los cuatro viejos amigos salieron de la casa, se alejaron un poco, y se desaparecieron.
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Harry Potter y el nuevo inicio.
FantasíaEste libro cuenta la historia del mago Harry Potter, 19 años después de la caída de Voldemort.