capítulo 2

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POV RICK

Mi vida ha estado llena de mentiras, las personas que me amaban me traicionaron de la peor manera ¿Qué hice? Huir como un cobarde y olvidarme de todos.

Llegué a este pueblo hace dos años. Me dediqué a beber y no hacer nada por mí, de alguna manera quería olvidar mi pasado pero por más que trates, este vuelve a ti.

Nada tenía sentido hasta que un Ángel llegó a mi vida.

La conocí en la cantina donde iba todas las noches a beber. Ella siempre lucía espléndida con una hermosa sonrisa.

Nunca he pagado por sexo, pero por ella estaba dispuesto a hacerlo, pero descubrí que ella no era prostituta me hizo sentir mejor.

Ella es dulce, delicada. Un alma pura y un tiempo tuve miedo en acercarme a ella para no corromperla con mi oscuridad.

El día que ella se acercó para servirme una cerveza, fue el día que decidí conocerla y fue lo mejor.

Todo empezó como una bella amistad, ella me contaba sobre su vida y yo solo la escuchaba. Me encantaba pasar tiempo con ella, es como si iluminara mi oscuridad.

Tenía muchos deseos de besarle, pero no sabía lo que yo significaba para ella. Al principio pensé que era por su alma generosa que solo le tenía lástima y por eso era mi amiga, pero el día que llegué a buscarla para invitarla a comer helado me di cuenta de muchas cosas.

Llegué a la taberna de su tía, ella me informó que no había bajado aún y que si quería subiera a buscarla. Por un momento dudé, no quería parecer un acosador.

Después de lo que me pasó, mi cabeza tenía muchas dudas. Fui engañado por una mujer que decía que me amaba y resultó lo contrario, por eso dudé unos minutos si subir era una buena elección pero las ganas de verla me hizo caminar hacia ella.

Caminé por los pasillos, había varias puertas y no sabía en cuál tocar hasta que escuché una discusión. Me acerqué despacio, no quería equivocarme de lugar y encontrar lo que no se me ha perdido hasta que escuché su dulce voz.

Ella le decía a una de las chicas que estaba dispuesta a entregarse a mi, de darme su virginidad y que no le importara quien fuera, que para ella no era un don nadie como algunos pensaban. En ese momento mi corazón se aceleró, quería tenerla entre mis brazos y decirle que estaba dispuesta a luchar por ella.

Una chica salió furiosa de la habitación, al verme se sorprendió y yo decidí ignorarla y seguir mi camino hasta que la vi. Hermosa como siempre, dando su aura de paz.

Con ella me sentía distinto, con ella quería arriesgar mi corazón. Sabía que ella jamás me dañaría, como una vez lo hicieron. Ella pudo recoger esos pedazos y pegarlos y hacer que mi corazón latir de nuevo.

Su amiga se fue dejándonos solos, quería hacer las cosas bien para ella. No estaba dispuesto a esperar un minuto más fuera de su lado, la quería y debía darle su lugar a mi lado. Como mi esposa.

Una emoción me embargó cuando aceptó casarse conmigo, no importaba lo poco que llevábamos de conocernos, si ella creía en mi yo lo haría con ella.

Besarle fue mi perdición y mi salvación. De inmediato salí a buscar al cura del pueblo para que nos casara. Al principio estaba reacio, decía que lo mejor era esperar y conocernos mejor, pero yo no estaba dispuesto a esperar, la necesitaba a mi lado y después de insistir un poco más decidió darnos una cita, quería conocerla y saber si era la decisión adecuada.

Al fin el cura nos dio su bendición. No podía esperar en casarme con ella y una semana después dimos el sí.

Había dejado mi pasado atrás al igual que una fortuna que me pertenecía. Quería empezar de cero y con ella a mi lado lo lograría.

Vuelve a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora