Capítulo catorce.

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Jeno iba con la cabeza gacha, el ceño fruncido y las manos dentro de las bolsas de su gabardina mientras caminaba hacia la casa de su padre, si, caminaba, porque su coche se lo había llevado una grúa, porque al parecer se había estacionado en un lugar prohibido.

De por si había estado cansado cuando finalmente compró lo que su padre le había encargado y ahora había tenido que caminar desde el centro de la ciudad hasta la casa de éste, eso sin mencionar el estrafalario que le iban a cobrar como multa cuando fuera a recuperar su auto. O sea, de no haber sido porque su pequeña hermana ya había nacido, su día habría sido una completa mierda, y todo por culpa de Minho.

Jodete, Minho pensó con rencor.

Y bueno, si, de acuerdo, tal vez no era directamente culpa de Minho, pero era su culpa, así que no había mucho que hacer.

Después de otros quince minutos de caminata finalmente veía su casa, así que se dio prisa, deseoso de llegar y matar a Minho, o desaparecerlo de sus vidas, lo que pasara primero, aunque... ¡Maldición, papá! pensó frustrado.

Entró a su casa con mala cara, dejando con más fuerza de la necesaria sus llaves y gabardina, entonces entró a la sala, encontrándose con toda la familia de Minho, al jodido Minho y a su papá sentados en la sala, éste último recostado y arrullando a su hermana.

—Hola— dijo sonriendole a la madre de Minho, que era bastante agradable,
no como el estúpido de su hijo.

A Minho le levantó el dedo medio, ignorando las risas de la madre y hermanas de Minho y el regaño de su papá.

Y finalmente a su padre se le acerco con una sonrisa, estirando los brazos para poder cargar a su hermanita.

Jisung se la paso y todos vieron como Jeno la cargaba con todo el cuidado del mundo, una pequeña sonrisa curvando sus labios.

Claro que el momento de ternura se reventó cuando Jeno se la regresó a Jisung diciendo:

—La voy a molestar mucho cuando crezca— y sin que los demás lo notarán le señalo a su padre con la mirada que su encargo estaba entre las sábanas de Min Ju. Su papá le sonrió con agradecimiento y Jeno odio más a Minho por ser tan estúpido, o sea, su papá era increíble y Minho era estúpido.

—Jeno— llamó su atención la madre de Minho— ¿y tú planeas tener hijos?

—Como en veinte años— le dijo con una sonrisa que puso a todos a reír.

—Lo dudo, con esa actitud tan nefasta tuya, dudo que alguien te soporte lo suficiente como para que tengas hijos— dijo Minho sentándose en el brazo del sillón junto a Jisung y mirándose las uñas.

—Si estás con mi papá es sólo porque te aprovechaste de él, jodido imbécil abusador, de no ser por él estarías solo toda tu vida.

—¡Jeno!— le llamo la atención Jisung, escandalizado— Comportate que tenemos visitas.

Jeno cruzo los brazos, enfurruñado, pero sin dejar de mirar a Minho con el ceño fruncido.

—Por cierto, Minho, por tu culpa se llevaron mi coche, tú vas a pagar la multa y tú vas a ir por él— Jeno sabe que se está comportando como un niño enfurruñado, pero nadie puede culparlo, él sólo no le tiene paciencia justo en esos momentos.

Después de un rato más la madre de Minho se retiró para ir a dejar a sus hijos al cuidado de su esposo, pero prometiendo que volvería en un par de horas para ayudar a Jisung, Minho entonces la había acompañado hasta su auto y el omega aprovecho el momento para prepararse.

—Jeno ¿la puedes cargar por unos minutos?— le dijo enderezándose y extendiéndole a Min Ju, su hijo la cargo de buena gana, aunque no se veía muy feliz.

დ˚. 𝗯𝗹𝗶𝘀𝘀 ‣ 𝗺𝗶𝗻𝘀𝘂𝗻𝗴 ɞDonde viven las historias. Descúbrelo ahora