Los ojos del demonio me observan.
Y lo único que puedo hacer es mirarla, preguntas se arremolinan en mi mente como un huracan ¿Que hace ella en mi casa? ¿Como me ha encontrado? No lo se en realidad pero el hecho de que ella se encuentre de pie frente a mi sonriendo con aquella sonrisa tan falsa y observándome con una pose digna de la arpía que es solo puede significar problemas.
- ¿Que haces aquí? -pregunto con amargura.
Gwen Bennett, la hermosa mujer de melena oscura y ojos verdes me muestra su mejor sonrisa de puta barata.
Hago una mueca de asco, odio a esta mujer, la odio en verdad Gwen es la hermana menor de mi difunto padre y la muy perra fue la que me envió a un maldito orfanato después de que el muriera, claro sin mi en el camino la fortuna de mi padre era en su mayoría para ella.
- He tratado de dar contigo desde hace años...
- Oh claro que si -murmuro interrumpiendola-. Vamos no soy estupida, guarda tu farsa para alguien que si la crea.
Gwen me mira ofendida pero solo finje. Lo se, la delata la manera en que las comisuras de su boca se curvan en una sonrisa involuntaria y ella trata de ocultarla tras aquella mascara de ofensa y preocupación por mi persona.
Farsante.
- Hace años que no te veo -murmura-. ¿Y me recibes así?
Sonrió con gracia y cruzo mis brazos sobre mi pecho.
- Me abandonaste en un maldito orfanato ¿Que esperabas?
Ella hace una mueca de desagrado ante mis palabras pero no dice alguna disculpa tal vez algo como "perdón por ser una perra y botarte después de que tu padre muriera" por supuesto que no, se queda callada.
- ¿Quien es cariño? -me llama Roxana desde la estancia.
Observo a Gwen quien sonríe de una manera que me da a entender que tiene un plan.
- Nadie importante -le grito de vuelta a Roxana y salgo de la casa cerrando la puerta tras de mi.
Camino por el porche de la casa tirando de Gwen lejos de mi casa, ella se deja arrastrar y camina al apar mio hasta que nos detenemos lo bastante lejos como para que Roxana no sea capaz de vernos.
- ¿A que has venido?
La sonrisa en su rostro se ensancha y sus verdes ojos brillan con divercion.
- He venido a por ti -dice como si fuese lo más obvio del mundo.
- Vamos no me vengas con tonterías -la reto con la mirada, Gwen miente tan bien como yo pero yo si soy capaz de detectar cuando oculta algo y justo en este momento lo hace.
- No es ninguna tonteria, soy tu tia y por lo tanto debes estar conmigo y no con esa mujer que no es nada de ti....
La observo incrédula por la sarta de estupideces que acaba de decir. Aquí la única que no es nada de mi es ella, esta mujer llena de cirujias y vestida con ropa de marca a pesar de compartir mi sangre no es nada para mi, Roxana por el contrario es como mi madre y mi apego a ella es incluso mas fuerte de lo que jamas admitire.
- Te quiero lejos de mi -murmuro con recelo.
Gwen no tiene nada que hacer aquí, esta loca si cree que lograra lo que sea que este planeando al querer que yo me vaya con ella.
- Lo lamento pero eso no es posible -dice con una sonrisa satisfecha-. Digamos que tu no decides.
Le frunzo el ceño y ella me giñe un ojo para después darse la vuelta y caminar hacia el lujoso auto que la espera del otro lado de la calle. Espero y se mantenga alejada de mi, no la quiero cerca. La odio demasiado.
Regreso a casa con la sangre hirviendo en mis venas y para mi buena suerte no me encuentro con Roxana en la sala, probablemente se ha ido a su habitación, me dirijo ala mía tratando de pensar en como evitar que Gwen vuelva a acercárseme.
mátala . murmura una voz en mi mente y aquel solo pensamiento me hace sonreír.
Una vez me encuentro en mi habitación me pongo mi pijama y me dejo caer en la cama, con la certeza de que hare todo lo posible por alejar a esa perra de mi vida y si eso implica tener que matarla será un placer hacerlo.
********************
Mi día pasa demasiado rápido entre una clase y otra, por alguna razón me siento ajena a todo sumida totalmente en mis pensamientos. Elaborando planes para tener a James a mis pies, deshacerme de Johan y por supuesto alejar a Gwen.
Pronto me encuentro caminando de regreso a casa y al llegar escucho a Roxana hablando por teléfono se encuentra en la cocina y se le oye bastante alterada, eso me preocupa ya que pocas veces aquella mujer se molesta por algo, dejo mi mochila en el piso de la sala y entro en la cocina.
- No puede hacer esto, Johan por favor dime que no puede hacerlo -murmura al teléfono, la suplica en su voz me hace preocuparme aun mas.
Al parecer habla con su novio el abogaducho ese, cuando me escucha entrar se queda en silencio y me mira, tiene los ojos rojos e hinchados lo que me confirma el hecho de que ha estado llorando, se aferra al teléfono con fuerza y a pesar de que no alcanzo a escuchar lo que Johan le dice se que es algo malo por que Roxana aun sin dejar de mirarme comienza a sollozar.
Me acerco a ella, cuando deja el teléfono sobre la encimera.
- ¿ Que sucede ? -le pregunto.
- Tu tía trata de quedarse con tu custodia.- dice entre sollozos.
Me quedo helada. o si tenia que tratarse de Gwen. Sabia que tramaba algo, claro que esa perra no sabe con quien se mete.
Roxana me abraza sin previo aviso apretándome con fuerza entre sus brazos, tiene miedo o claro que lo tiene y a pesar de que lo ultimo que quiero es que me abrace no la aparto porque se que esta sufriendo, esta mujer es lo único que tengo en el mundo y yo soy lo que ella mas quiere en este mundo y por esta simple razón no voy a permitir que Gwen me aleje de ella.
oh querida Gwen no sabes lo que te espera...
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