¿Izuku, enamorado? /Deku x Lector/Fanfic

¿Pecas como estrellas en el firmamento?

—Hola, soy Izuku Midoriya, mucho gusto—te dijo sonriendo y con una dulce mirada, tomando algo de su mochila—¿quieres acompañarnos al comedor?

—Claro que sí—aceptaste, no querías quedarte sola, además querías ver el enorme comedor del que habías oído hablar.

—Muy bien, así podré enseñarte la academia—los interrumpió Iida.

—Desearía acompañarlos, pero tengo cosas que hacer...—comento Uraraka algo apenada—bueno, nos veremos después—se despidió.

—Ya me acordé, lo siento por no poder enseñarte la academia, tengo también cosas que hacer, me disculpo de veras—haciendo una reverencia, Iida, se marchó junto a Uraraka. Izuku los despidió.

—Bueno, entonces yo te enseñare la academia, ¿te parece si primero vamos al comedor? —pregunto el pecoso con una dulce voz, mientras te miraba con esos brillante ojos verdes.

—Sí, claro—algo ruborizada—empiezo a tener hambre—le devolviste la sonrisa.

Entraste al comedor, era muy grande, muchos alumnos iban y venían, se reían mientras saboreaban sus deliciosas comidas, al parecer había de todo un poco para probar, te apresuraste a degustar cada platillo que se servía. Izuku te acompañó, mientras sonreía al verte tan feliz. Después te invito a tomar asiento en una mesa cercana.

—El comedor es muy amplio, ¿no te parece? —inclino su cabeza y sonrió cerrando sus ojos—me gusta como preparan el katsudon, es mi comida favorita—rio mientras partía los palillos.

—Todo se ve muy delicioso, me siento cómoda en este lugar, todos parecen muy amables, además son muy unidos ¿verdad? —miraste sus pecas tan singulares y ese brillo curioso en sus ojos, había algo en aquel chico que te hacía sentir bien, tranquila y segura.

—Sí...—miro su plato y prosiguió—pasamos por momentos difíciles—alzó la mirada—y todos tratamos de superarnos cada día para ser mejores—mirando su puño—estoy seguro que tú también te superarás, y serás una gran heroína—concluyo gentilmente, una suave sonrisa se dibujó en sus labios.

Por un momento, te perdiste viendo sus pecas, eran como estrellas en el firmamento, algunas brillaban mucho, otras, en cambio, brillaban suavemente y algunas pocas, brillaban a distancia.

—¿Qué sucede? —paro de comer—¿tengo algo en la cara? —señalándose el rostro algo confundido, se veía muy dulce.

—No, no es eso, sólo que me das ánimos para seguir y eso...esto...yo te lo agradezco mucho.

Notaste un leve color rojo en sus mejillas, él se apresuró a mirar a otra parte, para que no lo notaras.

—Lo...lo siento—también te ruborizaste, y proseguiste a comer, muy rápido, tampoco querías que lo note.

Él se rio, tú también, y entre pequeñas risas terminaron de comer.