TWO: Tu moto

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      Que Token y Clyde retuviesen a los pijos mientras Craig se lanzaba a la piscina con Kyle fue el detonante para que comenzara el caos. Cristales rompiéndose y gente cayendo al suelo mientras peleaban. Pronto toda la casa estería hecha un completo desastre. Sin embargo, Clyde había conseguido escabullirse hasta la habitación donde todos habían dejado sus bolsos. Cogió uno cualquiera y comenzó a rebuscar hasta encontrar la cartera. De ella sacó el único billete que había, uno de cincuenta.
   Se alarmó cuando escuchó la puerta abrirse, viendo una chica rubia entrando desesperada.

   —Cierra la puerta, cierra la puerta —le dijo rápidamente—. ¿Qué quieres?

   Bebe mordió su labio y lo observó incrédula.

   —Pues venía a coger mi bolso.

   —Bueno, pues cógelo.

   —Lo haría si un macarra no tuviera sus garras puestas encima.

   Clyde miró el bolso y luego a Bebe. Tras soltar una risita le lanzó el bolso y siguió observándola divertido.

   —¿No te ha dicho tu madre que no se les roba a las damas?

   —No conozco a mi madre —respondió como si nada—. Aunque me gustaría hablar con la tuya, no se puede ir con la vida con solo cincuenta euros en la cartera.

   Bebe abrió sus ojos como platos y trató de quitarle el dinero.

   —Esa es mi paga de la semana.

   —Era.

   —Pues que sepas que voy a pasar hambre por tu culpa.

   —Bueno, pues quedamos mañana para comer. Yo invito.

   La chica rió.

   —Yo invito. Cuando le robas a alguien su dinero el la dueña la que paga —Bebe se había dado la vuelta y había sacado algo del bolso, cosa que no pasó desapercibida por Clyde.

   —¿Qué es eso? ¿Qué has sacado? —cuestionó con diversión.

   —Nada —contestó con rapidez, escondiendo su mano tras se espalda una vez se giró para estar frente a frente con Clyde.

   —Va, déjame ver.

   —Qué no, ¡oye!

   Clyde se acercó y comenzó a forcejear con ella mientras este se quejaba. Al final consiguió quitarle lo que tenía entre sus manos; un tampón. Clyde se rió.

   —Hostia, la tomatera. Entonces mañana mejor no quedamos, si no qué hacemos después de comer... —bromeó.

   Bebe, afligida, le arrebató el tampón con ojos llorosos.

   —Eres un puto gilipollas. Mira, mejor no quedamos, porque ni yo me voy a reír con tus chistes ni tú vas a entender los míos. ¡Media neurona! —dio media vuelta dispuesta a salir de la habitación.

   —No- tía, espera, no te enfades.

   Pero Bebe ya había abandonado el dormitorio.

♡♡♡

      Cuando Kyle consiguió salir del agua para respirar, Craig lo acechó por debajo del agua para volver a hundirlo. Lo mantuvo unos segundos entre sus brazos antes de que Kyle saliera dando grandes bocanadas de aire y chapoteando con sus manos.

   —¡Eres un puto animal descerebrado! —le chilló rabioso—. ¡Puto pervertido!

   Nadó hasta el borde de la piscina, sentía una gran ira interior, si pudiera, lo ahogaría ahí mismo sin ningún tipo de remordiemiento.

A tres metros sobre el cielo ♡ CryleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora