Capítulo 2.

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En medio de un jardín.

Ahí se encontraba, regando las flores, el chico con un buen corazón.
Estaba con una sonrisa en su rostro, mientras empezaba a tararear una canción.

A lo lejos, lo observaba, uno de sus amigos, este lo miraba serio.
O eso era lo que expresaba.
Pero por dentro, se moría de deseo por tenerlo en sus brazos.

Terminó, y se levantó del césped.
Decidió entrar a su hogar.
Una mansión, la cual compartía con unos buenos amigos y/o compañeros.

Notó la presencia de aquel chico de cabellera Celeste, apoyado en el marco de la puerta, viéndolo.

Le sonrió, y decidió hablarle.

- ¡Timba! ¿Qué haces aquí?
- ¿Qué clase de pregunta es esa? Te recuerdo, que yo también vivo aquí. - Se cruzó de brazos mientras lo miraba neutro.
- Bueno, eso lo sé, es algo que nunca olvidaré. Pero, me refiero, a qué haces en el marco de la puerta... Usualmente, sueles estar en tu habitación durmiendo. Me parece raro verte por esta zona de la mansión. - Se puso un poco Colorado, pensando que estaba ahí por él.
- Sí, tienes razón. Lo que pasa es que... Solo quería tomar un poco de aire fresco, nada más. - Desvió la mirada un poco nervioso, pero sabiendo, ocultarlo.
- En ese caso... Solo hubieras salido al balcón de tu habitación, te hubieras ahorrado el subir y bajar escaleras. - Soltó una leve risa divertida.
- Bueno... ¡Como sea! ¡Y-ya me voy!...

Apunto de irse, es detenido, por la cálida mano, del Albino.

- ¿Por qué eres así conmigo..? Si no hay nadie cerca...

Se dio media vuelta, observó para todas las direcciones, y nadie estaba cerca de donde estaban ellos.
Lo miro a los ojos, y le sonrió dulcemente.

- En ese caso... ¡Ven!

Lo tomó de la cintura, y un beso, fue plantado en sus labios.
Correspondió al instante mientras aún tenía tiempo.

En cuestión de segundos, tuvieron que separarse, debido a que escucharon como alguien se acercaba.

- ¡Hey! ¡Rius, papá! Hola, ¿qué hacen? - Era el castaño de sudadera Celeste. - Bueno, eso no importa. ¡Quería contarles algo importante!
- ¿Qué ocurre? - El de gafas lo miró un poco nervioso y molesto, por haberlos interrumpido.
- ¡Mañana llegará Mike!
- ¡¿Qué?! ¡¿Enserio?! - El Albino, emocionado, no pudo evitar soltar un pequeño grito. - ¡Tengo que contarle muchas cosas!
- ¡Yo también estoy emocionado! ¡Ven, Rius! ¡Vamos a mi habitación a hablar!

Lo jalo del brazo, llevando selo, y dejando solo al de gafas oscuras.

Estaba algo fastidiado, no le gustaba la atención que el Albino le daba a su Mejor Amigo, Mike.

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Ambos menores, estaban en la habitación del Castaño, hablando sobre su buen compañero, y fiel amigo; Mike.
Estaban felices de que al fin, después de un largo tiempo, volviera.

- ¿Crees que tenga algún inconveniente? - El de sudadera Celeste, lo miró curioso.
- Lo dudo. Ya sabes como es él, siempre le encuentra una solución a los problemas. No importa cuál sea.
- Tienes razón... ¡Ya quiero verlo! ¿Cómo crees que se ponga cuando se entere que me comí su chocolate? - Se empezó a preocupar un poco.
- Te va a querer matar, pero, no lo hará.

El menor de los dos, soltó una leve risa.

A veces le impresionaba la actitud de aquel Albino... No importa que tan fea o peligrosa sea la situación, él siempre se mantenía positivo.

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(548 palabras)

Tú, Mi Luz, y Yo, Tu Oscuridad (Trollius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora