Capítulo 11

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Keily subía por las escaleras de su casa, luego de un día agotador en la tienda del señor Griffin. Su teléfono celular timbró y el nombre de Alan brilló en la pantalla. La había estado llamando, pero no tenía ninguna intención de hablar. Se resignó, prometió que no volvería con él nunca más.

Divisó a Charlotte, quien salió corriendo del cuarto de su papá y le pasó por el lado a toda prisa con un bolso negro colgando en su espalda. Entró a su habitación y la siguió intrigada, quizás le sucedía algo malo. La puerta estaba entreabierta, Keily pasó despacio y la vio sentada en la cama contando grandes cantidades de billetes. ¿Acaso ella tomó ese dinero de la caja fuerte que Jack tenía en su cuarto? No se atrevería, ¿o sí?

—¿Qué estás haciendo? —Charlotte la miró, asustada, y entró el dinero en el bolso rápidamente.

—Nada que te importe. Vete de aquí.

Keily no le hizo caso, tomó el bolso y verificó la gran suma de efectivo que tenía ahí. Charlotte se lo arrebató de las manos.

—¿Le robaste a papá? —preguntó sorprendida.

—Fue un préstamo, se lo devolveré. —Se levantó con el bolso y caminó hacia la puerta. Keily la tomó del brazo.

—¿A dónde crees que vas? No está bien lo que haces, papá no se merece esto. —Trató de razonar con ella.

Charlotte se zafó de su agarre y salió, ignorando sus palabras. Keily la siguió hasta la entrada de la casa, donde ella estaba metiendo el bolso en la parte trasera del auto.

—No permitiré que te vayas. Si papá se entera, tendrás muchos problemas. —Pareció no escucharla, solo miró la hora en su reloj e hizo un ademán de entrar al vehículo. Keily la empujó, haciendo que retrocediera. —Contesta, ¿qué vas a hacer con todo ese dinero? —preguntó con las manos en la cintura.

—Entra y te explicaré todo.

—No iré contigo a ninguna parte, solo responde a mi pregunta.

—Se trata de Alan y Gian. —El corazón le latió desbocado al escuchar su nombre.

—¿Qué dices?

—Ven conmigo.

Keily no quería ser partícipe de eso, pero la mención de Alan la tenía preocupada. Subió al asiento del copiloto y Charlotte condujo en silencio. La miró fijamente, esperando la explicación.

—Habla de una buena vez.

—Le deben ese dinero a unos tipos peligrosos. Estaba con Gian anoche y de repente llegaron armados y todo se volvió un caos. —Sus manos temblaban sobre el volante—. Uno de ellos iba a abusar de mí, pero Gian me salvó. Fue una pesadilla.

Keily trató de procesar sus palabras. Solo de imaginar lo que pasó, le dio escalofríos.

—Le voy a prestar el dinero, Gian prometió reembolsarlo.

—¿Quiénes eran ellos? —preguntó, sopesando la posibilidad de que Aaron estuviera detrás.

—No lo sé, Gian no quiso decirme.

—¿Así que tú puedes robarle a Jack por él y no puede ponerte al tanto de la situación?

—Keily, no puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo que su vida corre peligro. —Su mirada se tornó triste—. Yo lo amo.

—Pero él no a ti —soltó sin sopesarlo, pero se arrepintió al segundo que vio cómo su rostro reflejó dolor—. Lo siento, no debí decir eso.

Charlotte se quedó en silencio en lo que restaba de viaje.

Bucle © [Completa] (Bilogía Inercia: Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora