Capítulo 16

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Unos meses después...

Charlotte se paseaba de un lado a otro por su habitación, sosteniendo el aparatito que la hizo sollozar. Jack entró de repente y ella saltó en su lugar por la sorpresa.

—¿Qué significa esto? —Le quitó la prueba y observó las dos rayas rojas que marcaban positivo—. ¿Estás embarazada?

Sus sollozos aumentaron, escucharlo de su boca se sintió más real. Charlotte asintió, después se cubrió la cara con las manos. Jack la tomó del brazo y tiró con fuerza la prueba contra la pared.

—¿Quién te embarazó! ¡Contesta! —gritó furioso.

Charlotte negó con la cabeza, incapaz de articular alguna palabra. No podía decirle que el padre de su bebé en camino era Gian. Ni siquiera le había confesado a él mismo que sería padre. Sabía muy bien que lo que menos quería el italiano era un hijo.

Jack se fijó en su hija como si hubiese despertado de un letargo. Tan frágil y rota. Hacía tiempo no hablaba a solas con ella como antes. Se distanciaron mucho cuando tuvo problemas con las drogas. Entonces, reconoció que había sido un pésimo padre. No la apoyó como debería y quizás eso fue la causante de que ella tomara decisiones apresuradas y estúpidas.

La abrazó con dulzura. Recordó cuando era una niña y se caía de la bicicleta, ella corría hacia él con sus rodillas ensangrentadas para que la consolara. Charlotte lloró en su pecho. Le pidió perdón en silencio por sus acciones, por no ser esa hija que él merecía.

—Tranquila, mi amor, puedes contar conmigo para lo que sea. A ese bebé no le faltará nada. —Ella suspiró de alivio. No podía engañarlo más.

—Yo tomé el dinero de tu caja fuerte —confesó con pesar entre lágrimas—, y estoy embarazada de Gian.

***

Keily caminaba deprisa por el pasillo de la universidad, en un intento de que Rose no la viera. Pasó mucho tiempo desde que no hablaba con ella. Tenía miedo de que le diera alguna información suya a Aaron o que se enterara de que era la amiga de su prima, si es que ya no lo sabía.

—¡Keily, espera! —gritó detrás de ella, lo que provocó que parara en seco. Rose respiraba con dificultad por el esfuerzo que hizo—. ¿Me estás evitando? Sales de las clases muy rápido, hasta pienso que ya no quieres ser mi amiga. —Se llevó la mano al pecho, tratando de estabilizar su aliento.

—Claro que no —respondió desviando la mirada—. He tenido algunos problemas familiares.

—Habíamos quedado en que haríamos el proyecto de arte juntas —le reclamó, poniendo los brazos en su cintura.

—Lo olvidé por completo, discúlpame. Estos últimos días han sido un poco duros para mí. —No era del todo una mentira. Con lo que pasó con Alan y el nacimiento del pequeño William, casi no había tenido tiempo para nada.

—Por un momento pensé que estabas enojada conmigo porque te dije que me gustaba Alan. Sé que tuvieron algo. Además, fue tu idea que saliera con él. —Levantó las manos en señal de inocencia.

—Tranquila, Rose. Te aseguro que solo he estado muy ocupada.

—¿Qué te parece si vienes a mi casa para que hagamos el proyecto?

A Keily se le aceleró el corazón. Sería ponerse en bandeja de plata a ese psicópata que tiene de familia.

—¿Por qué no vienes a la mía? —preguntó, forzando una sonrisa. Rose frunció el ceño.

—Siempre vamos a tu casa. ¿No quieres visitarme porque soy pobre y no vivo en una mansión como tú?

Keily abrió los ojos, sorprendida. ¿Cómo se atrevió a decir eso? No quería ir a su casa por el delincuente de su primo, pero no le podía responder eso. No sabía si ella estaba enterada de quién era en realidad Aaron.

Bucle © (Disponible En Físico) [Completa] (Bilogía Inercia: Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora