— ¡Cierra esa ventana!
Fue lo primero que musitó el chico de cabellos naranjas, apenas se estaba despertando y lo primero que le puso de mal humor fue que su mejor amigo abriera las ventanas cual princesa de Disney.
— ¡Levántate, vago! Es el primer día, necesitamos arreglarnos para impresionar a las nenas.
— Ni que fuese último año, deja de molestar ya... ¡Que apenas son las 6 am!
El quejido lastimero y enojado del mayor se escuchó por toda la casa, odiaba levantarse tan temprano, no es que no lo hiciera de vez en cuando, pero si era para ir a clases sabiendo que entran a las 8 am...
— Deja ya de molestar a Kevin, Nathan... Tírale un balde de agua y se levanta al momento.
Kevin gruñó al escuchar la voz de Nazz, quien sonaba muy burlona para el mal humor que cargaba.
— Quita esa idea de la cabeza, idiota, salgan de mi habitación si quieren que me levante...
Ambos salieron dando pequeñas risas y burlándose del chico con cabello de zanahoria.
Kevin se levantó perezosamente de su cama, arrastrando los pies pero aun así yendo más rápido que otras veces, Nathan era capaz de entrar a su baño de repente y darle un mal gusto.
Pasó alrededor como media hora para que terminara de ducharse y arreglarse, entre uno que otro insulto con sus amigos que cuestionaban su manera de vestirse, pero los tres sabían que era totalmente en broma y se lo decían con pequeñas sonrisas marcadas en sus rostros.
Nathan y Nazz se fueron en el auto del primero, ya que Kevin había abierto la puerta de su garaje para sacar su reluciente e imponente motocicleta negra, aquella que con tanto esfuerzo había logrado comprar luego de meses trabajando en distintos lugares.
Como lo que parecía normal ya en todos los habitantes de Cul de sac, los padres de los adolescentes no solían pasarse mucho por sus casas, y así era desde muy jóvenes. A nadie le molestaba realmente, se consideraban mucho más independientes que el adolescente promedio, eso les hacía sentir bien.
Una vez sus dos mejores amigos partieron, Kevin no pudo evitar mirar de reojo la casa de al frente, y tampoco pudo evitar soltar un pesado suspiro.
La casa se encontraba con el mismo aspecto de ayer, de anteayer, de la semana pasada, y de hace tres años.
Con una expresión de hastío, se montó a su motocicleta e hizo rugir el motor, yendo rápidamente hacia su colegio, el cual no quedaba tan lejos pero cada que podía fardar de su amada moto, lo haría.
Él era alguien bastante... conocido, popular por así decirlo. Entrar al equipo de futbol americano y lograr hacerse capitán del mismo equipo en apenas un semestre le dio cierta fama que se incrementó al mejorar su físico. Ahora era, prácticamente, uno de los chicos más guapos, aunque sonara como un tonto cliché de película escolar.
La situación iba en aumento: Nathan era su compañero de equipo, uno de los mejores, y Nazz era la capitana de las animadoras. A veces, los tres se juntaban en la casa de alguno para ver películas, y se burlaban de que sus vidas se parecían demasiado a esas cintas.
— Al fin llegas, te tardaste mucho, cariño.
Se quejó el de cabellos turquesas, usando el típico tono amoroso que usaba con el pelo de zanahorias.
— Lo siento bebé, ¿estabas muy solo sin mí?
Nazz reía suavemente, ambos solían actuar de esa manera desde que se volvieron más cercanos, y no había ningún problema ni incomodidad ya que estaban 100% seguros de que no se gustaban entre sí, y sí... a base de experiencia.
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[KevEdd] - ¿Te acuerdas de mi?
FanfictionDoble D siempre ha sentido un profundo enamoramiento por el chico de cabellos naranja. Sin embargo, una oportunidad llevará a Edd lejos. Las cosas han cambiado. "- ¡Hey! ... ¿Te acuerdas de mi?"