Capitulo 4.

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Patrick Müller.

Había pasado casi una semana desde nuestro rencuentro, había tenido muchos problemas y no quería involucrar a Madison en esto no quería su lastima ni la de nadie así que decidí ignorar a todos incluyéndola a ella. Fue difícil verla allí plasmada sé que se veía fría y fingía que no le importaba lo que dije pero sé que la lastime no necesito pruebas para confirmarlo la conozco tan bien.

-Patrick...

-Maddie quiero que me dejes tranquilo – dije con un tono más frio que podía.

-No necesitas ocultarte en tus problemas.

-No necesito a nadie – le dije, la mire a los ojos y no podía descifrar su mirada.

-Está bien – me dijo lo más seca posible – Pero te pido algo – hizo una pausa – aléjate de mí.

Esas ultimas ardieron, ella era unas de las cosas que no podía huir literalmente no podía alejarme de ella. No estoy diciendo que la amo y me enamore de ella perdidamente como los libros cliché que lee Rous, no, sino que siempre he tenido la necesidad de protegerla. Ese día llegue y rompí todo lo que había en mi habitación a pesar que estaba en una situación de pánico y desesperación descargue toda la presión que había a cumulado.

Siempre he sido la persona que va por todo el mundo animando a las personas pero lo que ellos no saben es que lucho contra mí mismo con el dolor y la depresión que trato de ocultar.

Para mi padres debo que ser el hijo estrella, el hijo ejemplar y correcto sin importar el costo, siempre estuvieron sumergidos en un mundo falso de apariencias llevándome a mi consigo. No saben cuánto dolor tuve que guardarme por años pensando que estas cosas me pasaban solo a mí y fue cuando apareció ella, más dañada y destruida que yo, ella cambio mi vida sin darse cuenta y se lo agradezco no sé cómo será hoy en día ya que pasaron muchos años.

Mis padres esta semana me han sometido a muchas cosas casi la misma rutina fingir y si no lo hago tengo muchos castigos y odio cuando me chantajean con ella.

-Pero mama no puedes hacerme esto – digo aunque se cuál es la decisión.

-Sí que puedo Patrick eso y más – dijo con molestia – si no quieres que te aleje de nuevo.

-Okey madre – y me fui para el cuarto.

Hoy es domingo y nadie está en mi casa no tengo nada que hacer, había planeado algo para el día que paso pero no tuve la valentía, creo que hoy si puedo, me bañe y aliste me puse una bermuda negra con una camisa roja y los zapatos de mismo color, salí de la casa al garaje y agarre el Ford Mustang negro me monte y arranque, estacione el carro y me baje camine hacia la puerta y toque abrieron la puerta y era Madison, hoy es domingo y sé que Maddie está en la casa de Rous así que puede salir.

-Que quieres – dijo con molestia.

-Te quiero a ti – dije sonriendo.

-Venga ya déjame en paz te dije que te alejaras de mi - no me voy a rendir.

-Vamos esta es mi disculpa ven conmigo - le dije.

-A donde - dijo cruzando los brazos.

-A un lugar secreto – dije con esperanza.

-No, vete de aquí – tranco la puerta pero yo fui más rápido y metí el pie empuje la puerta y pase.

-Maddie no aceptare un no como respuesta – pause – y si te niegas tendré que montarte a la fuerza.

Me miro y dijo – Okey pero no te he perdonado – sonreí y me salí de la casa esperarla.

Pasaron como 30 minutos y salió cuando voltee para verla me quede sin palabras cargaba un vestido pegado arriba y suelto abajo que le llegaba un poco a más arriba de la mitad del muslo y era color azul con unos converse blancas su larga melena suelta se veía preciosa.

-Podemos irnos – dijo montándose al carro.

-Si – me monte y comenzamos a andar.

No me cansaba de verla había cambiado mucho su cara era perfilada tenía su cabello negro haciendo contraste con su piel pálida, sus ojos el mismo color de su cabello, su nariz perfilada, sus labios rosados en forma de corazón es preciosa.

-¿Qué? – dijo sonriéndome.

-Te vez hermosa – se sonrojo – Te vez bonita cuando te sonrojas.

-¿A dónde vamos? – pregunta.

-A donde nos lleve el carro – dije burlón

-No puedo contigo. – voltea los ojos.

Ninguno de los dijo más nada hasta que llegamos. Estacione el carro y me baje y ella hizo lo mismo, yo saque una cinta gruesa de mi bolsillo y se la mostré.

-¿Para qué es eso? Patrick..

-Es una sorpresa no te voy hacer nada deja el drama – me acerque y la voltee y le puse la cinta.

Me pegue a su cuerpo por detrás le agarre la cintura y sentí su respiración hecha un desastre acerque mi boca a su oreja y le mordí el lóbulo.

-Patrick... - sonreí.

La voltee rápidamente y me agache para agarrarlas por las piernas y montarla sobre mi hombro, al mismo instante ella pego un grito.

-Cálmate bailarina es parte de la sorpresa – digo para que se tranquilice.

Cuando pase por el caminito y llegamos la baje y la puse de manera que al quitarle la venda pudiera ver todo.

-Estas lista – le pregunte con entusiasmo.

-Lista... - le quite la venda....

Amor FugitivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora