Despedidas (MikuTsuru)

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Summary: Mikuni quiere aprovechar una última oportunidad para ver a Misono, aunque sea a distancia. No esperaba que su compañero de C3 interrumpiera sus planes.

Relación: Arisiun Mikuni / Kamiya Tsurugi

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Despedidas

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—Te encontré, Kuni-chan —es esa sonrisa soberbia que desgraciadamente conoce, quién lo saluda de repente.

No sabe si sorprenderse o enojarse, tal vez ninguna de las dos cosas servía en esta situación. Pero aún así, maldecía al cielo por tener que cruzarse con este sujeto en los momentos más oportunos.

—Tsurugi —Intenta una sonrisa que oculte su fastidio, fingiendo que le da alegría verle. Esa hipocresía parecía ser mutua.

—¿Qué haces? ¿Acosando chicas? —insinúa el moreno, golpeado no tan suavemente al otro con el codo.

Mikuni ahora mismo estaba fuera de una escuela elemental, una de las más prestigiosas de la ciudad, de hecho. No entendía qué demonios hacía Tsurugi en un lugar como ese (o simplemente fuera de C3).

—Por fortuna no me has contagiado de tus asquerosos fetiches —, devuelve el rubio cual veneno. El joven mago no deja de sonreír.

—Mis gustos no son tan buenos —, comenta con naturalidad, Mikuni no tiene tiempo de indagar en ello debido al sonoro timbre que le llega hasta los huesos.

Esto es malo, están en plena salida y los primeros alumnos están saliendo ya.

Instintivamente, el más joven toma el antebrazo del azabache, obligándolo a ocultarse en la pared junto a los arbustos en el muro de la entrada. Era un espacio pequeño, realmente sus cálculos eran para una sola persona y no dos.

—¿De verdad vas a espiar a las chicas, Kuni-chan? Pensé que t... —su diálogo se corta en media palabra, cuando el aludido tapa su boca de una forma un tanto más brusca de lo que quiso al principio. Sabía que Tsurugi luego se desquitaria por ese (prácticamente) manotazo.

Él balcucea algo más, pero no es entendible. El menor se asoma para ver a los alumnos que salen, buscando algo en particular. En algún punto los abucheos de su compañero de cuarto se detuvieron.

La mirada Ámbar de Mikuni se clavó en una persona de baja estatura, delgada y en general pequeña, un niño de semblante triste.

Cabellera oscura con un matiz violacio, y un lento caminar. Esperando a unos pocos metros de la puerta, a unos pocos metros de su hermano mayor. Ahí estaba Misono.

Con sus mejillas suavemente infladas y una mirada baja. Este era su último día en esa escuela. El abuelo había caído enfermo, y al mismo tiempo, el cuerpo del más joven se había estado volviendo más débil, como si por cada día en cama de la cabeza familiar, el niño fuera perdiendo de igual manera su vitalidad. Por lo que su padre había ordenado comenzar a educarlo en casa. Él sabía que esta decisión también había sido tomada para evitar que se acercara a su hermanito.

Esta, tal vez, era la última vez en mucho tiempo que podría ver a su querido hermano. Estaba seguro de que en casa habían usado el poder del servamp de la lujuria para alterar las dolorosas memorias de Misono con respecto a él y la atrocidad que cometió.

Pero había sido por él, porque el amaba a su hermano. No cambiaría nada de lo ocurrido, aunque este fuera el castigo.

Misono parecía decaído, tal vez sabía que este era el último día que vería a sus compañeros de escuela. Algunos se despidieron normalmente de él antes de ir con sus madres a casa. Seguramente Misono ni siquiera se había despedido como es debido.

El pecado y la razón 「Servamp- One Shots」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora