Weight of love//Sydney Novak

5.0 "Lentes solitarios"

5.0 "Lentes solitarios"

Jules P.O.V

Mire sin ganas los pasillos llenos de adolescentes, mis animos para estar rodeada de gente estaban por los suelos. A mi lado Stanley sonreía como si alguien lo estuviera viendo, caminaba sin preocupación alguna haciendo que me pregunte si siempre es así. Stanley se dio cuenta de que estaba mirándolo y paró de caminar.

-Revisé tus clases y solo compartimos historia.- Dijo el chico. Gracias a Dios pensé.

-Compartes algunas con Syd, la chica que conociste ayer.- Dijo para quedarse callado y rascar su brazo.

-¿La chica del sótano?- Dije molestandolo un poco. Obviamente sabía que era ella. Él se puso rojo inmediatamente. Intentó voltear hacia diferentes lados para evitar mi mirada.

-S..si- Tartamudeó. –Mira sobre eso...- Lo interrumpí.

-Tranquilo Stan.- Rodé mis ojos y caminé hacia mi respectivo salón de literatura dejándolo atrás.

Aún no me asignaban un casillero así que tenía mis útiles en mi mochila. Caminé unos segundos más y ya estaba fuera de la sala, entré y este era tal cual lo imaginé... demasiado ordinario.

Rápidamente sentí la mirada de algunos estudiantes posándose sobre mí, ¿Al final de cuentas soy la nueva no? Me paré en el marco de la puerta y esperé a que el maestro dijera algo.

Un señor de piel clara y grandes anteojos que estaba anotando algo en el pizarrón me miró y sonrió cálidamente.

-Oh, tú debes ser Jules.- Dijo alegremente. Me sorprendí por la manera en la que me estaba recibiendo, imaginaba a un señor de la tercera edad y un tanto gruñon.

-Sí.- Dije suavemente.

-Soy el profesor Frederick pero me dicen Fred.- Dijo. Asentí con la cabeza.

-Pasa, siéntate donde este libre.- Dijo para luego volver a anotar en la pizarra.

Al voltear hacia el área donde están los bancos, la primera mirada con la que me crucé fue con la de un chico de cabello castaño claro. Noté que unas muletas descansaban al costado de su silla, entonces no tardé en identificar que era el tal Bradley Cooper.

Me miraba intensamente, a su derecha una chica morena y de cabello rizado lo miraba con enojo al momento que golpeaba su hombro para que dejara de mirarme. Traté de aguantar la risa ante la escena, si supieran que esos no son para nada mis gustos.

Pasé por la izquierda de la feliz pareja y me topé con los ojos profundos de Sydney. Vi que se puso roja en el momento que yo no bajé mi mirada. Supongo que por la misma razón que lo hizo Stanley unos minutos atrás.

Me senté a dos hileras de la pelirroja y saqué mi cuaderno imitando las acciones de los demás.

Pasaron los minutos y sin darme cuenta la clase había terminado. Mire los dibujos de mi cuaderno como si por arte de magia se pudieran convertir en apuntes. Bufé.

Guardé las cosas en mi pequeña mochila y me paré decidida a salir de aquel salón.

-Johnson.- Me llamó el dulce profesor, no me quedó de otra que caminar hacia él.

-Novak. Ven.- Paró a la pelirroja que estaba a punto de cruzar la puerta para irse. Ella se acercó a nosotros igual de confundida que yo.

-Sydney te quiero pedir un favor, eres de las alumnas que más apreció y no le confiaría esto a nadie más.- Comenzó. Ambas lo miramos sin entender nada.