Como en casa.

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—Limón y pino... — Furihata se despertó y lo primero que notó, fue el aroma de los Alfas, un poco más fuerte de lo que recuerda la primera vez.

—¡Estás despierto! — El grito de procedencia desconocida, hizo que Furihata abriera sus ojos con sorpresa y que se levantara rápidamente, la sábana se deslizó cuando Furihata se puso de pie, completamente aterrorizado, incluso si su cerebro le dijo que no era un aroma desconocido y no había ninguna intención de hacerle daño...

Muy por el contrario, era un aroma cálido y protector, parecido al de Kiyoshi-senpai o Mitobe-senpai cuando se quedaron al lado de Kuroko para alejar a cualquier Alfa que tuviera intenciones ocultas con su pequeño Omega.

—¡Oí, detente allí Kotaro, lo estas asustando! — Furihata siente inmediatamente el cambio en la habitación, con los dos Alfas tratando de tranquilizarlo con sus feromonas, casi quiere gritar que no lo hagan, porque no podría soportar una vez más la intensidad con que los aromas se colan en su sentido del olfato, es tan abrumador, no sabe cómo pudo aguantar tanto tiempo sin desmayarse antes de que Akashi se acercara y con ello, su aroma que lo hizo un poco soportable.

Sin embargo, el aroma es tenue, el limón y el pino, combinados en una suave disculpa.

—¡No te preocupes!, Chihuahua-chan, mientras Akashi está afuera, ¡nosotros te protegeremos! — Hayama golpeó su pecho con orgullo y una sonrisa pintando sus labios, Akashi había dejado a esta importante persona bajo su cargo, mientras él atendía algunos asuntos, Hayama sospechaba que esos asuntos tenían que ver con el niño en la cama, por ejemplo, dejar todo listo en el club para los entrenamientos, dar órdenes en el comité para los siguientes días y terminar con esa importante asociación de la empresa de su padre, todo para que los próximos días pueda quedarse al lado de su Omega.

Eso o ha regresado a sus viejos hábitos de trabajo en exceso.

Hayama esperaba que no, le gustaba el Akashi que sonreía más y que se mostró más humano con ellos al contarles sobre "el otro" Akashi, le gustaba el Akashi que desprendía un aroma más cálido cuando estaba con ellos, le gustaba el Akashi que los llamó su manada y los protegió.

Le gustaba el Akashi que confió en ellos para proteger a su Omega mientras él estaba lejos.

—¿Chihuahua-chan?

Nebuya miró al niño que se mantuvo en la esquina de la habitación en silencio. Golpeo levemente el brazo de Hayama, tal vez no le agradaban al Omega, eso podría ser una posibilidad, despues de todo, ellos eran dos Alfas desconocidos para el niño, fue de hecho una irresponsabilidad de su parte el haber entrado a la habitación.

Podrían haberse conocido antes, al menos Akashi los presentó como su manada (y eso llenó de orgullo a su parte más animal, al recibir el reconocimiento de su Alfa), pero era muy diferente ahora.

Los Omegas son... otra cosa...

Y Furihata tiene una manada, seguramente el niño más pequeño preferiría pasar esta ocasión tan especial con su manada, en un lugar que conoce, con personas que conoce y que ama. En esencia eso era mucho mejor para el despertar de un Omega, sentirse en casa.

Ellos posiblemente no pueden hacerlo.

Algo dentro de él se rompe, porque no puede hacer nada por el Omega, por la posible pareja de su Alfa. No es solo instinto, porque incluso antes de descubrir que Furihata era un Omega y no un Beta, Nebuya había querido llevarse bien con el niño que parecía temblar por todo.

Hayama debe haber llegado a la misma conclusión que él, porque su antes brillante sonrisa de desvaneció poco a poco.

"Está bien, Kouki es... una variable que ni siquiera yo puedo predecir."

¿A qué huele Furihata? |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora