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La calle estaba vacía cuando ella se detuvo derrepente. La caída del sol pintaba el paisaje con tonos naranjosos y sus leves salpicaduras de rosa. Era una tarde hermosa; pero sin embargo para ella seria el momento mas triste de su vida. Seguía parada, sin motivo aparente, mirando el horizonte. En ese instante comienzan a brotar lágrimas de sus ojos. Finalmente cae la noche para cuando la chica había acabado de llorar. Ahora si comienza a caminar en linea recta. Llego a su casa y fue directo al baño de su cuarto. Era todo blanco, parecía el cuarto de un manicomio. Tenia una tina, la taza, el lavamanos con una meseta donde estaban acomodadas 4 toallas de distintos tamaños. Colocado en la pared del lavamanos había un espejo haciendo esquina y justo en la pared continúa un mini closet donde ponía todos sus objetos de higiene personal. Lo intrigante es que realmente todo era blanco, las cortinas, las baldosas, el mármol de la tina, todo. Con una enorme cara de tranquilidad habré el mini closet el cual tenia 3 divisiones: en la superior se encontraba dos botes de champu y uno de suavizador; era normal ya que la chica tenia un largo pelo rojo y debía de necesitar muchos cuidados. En la división del medio tenia dos barras de jabón, una botella de jabón liquido, unos sobres, ademas de un pequeño estuche para lentillas. Lo coje y con ayuda del espejo se quitó las lentillas color castaño, un color completamente normal que ultizaba para esconder sus atípicos ojos blancos que por alguna razón no le gustaban. La tercera división era algo peculiar en ella habia: un par de tijeras, una navaja suiza, dos navajas cuadradas y un bisturí. Inmediatamente agarro las tijeras y el blanco de las losas del suelo empezó a verse contaminado por sus rojos mechones de pelo que eran cortados uno tras otro, todo ese cabello que algún día fue una hermosa y larga melena yacía ahora manchando el blanco del suelo del baño. Se quedo un rato mirando al espejo y sonríe, como si le hubiera gustado el corte de su pelo. Se voltea hacia la bañera y comienza a llenarla. Cuando la tina estuvo llena coje uno de los sobres que se encontraban en la división del medio, del mini closet. Empieza a verter todo el contenido en el agua la cual comienza a cojer un tono rosa, eran sales de baño. Regresa a ponerse en frente del lavamanos, coje una de las navajas cuadradas con la mano derecha mientras estiraba su muñeca izquierda. Derrepente como si estuviera poseída empezó a realizar profundos cortes en su muñeca. Pero no empezó a salir sangre hasta que no hubo terminado de abrirse su propia piel. Era como si sus venas recién se hubieran enterado de lo que acababa de suceder. Su lavamanos, piso y todos los alrededores no tardaron en estar cubiertos por el hermoso color carmesí que emanaba de sus venas. Ya a través de sus ojos todo se veía borroso; se tambaleaba ante el peso de su propio cuerpo. Le urgía la necesidad de sentarse en el agua fría de la bañera. A como podía y tambaleándose iba caminando hacia la tina, con pasos muy débiles y dejando consigo un rastro de rosas rojas a su paso. Esta parecía mas alejada que nunca y cada paso parecía el ultimo. Tras lo que parecieron horas y apenas fueron escasos minutos, consiguió llegar. Tras meter el primer pie en el agua dio un respingo y se erizo toda la nuca, pues el agua estaba realmente fría. Con el poco suspiro de vida que le quedaba en su frágil cuerpo; se introdujo dentro. Toda su piel se erizo al contacto con el frío liquido. Miro su muñeca cubierta de cortes mortales de los cuales no paraba de salir sangre. Puso su mano en el borde y por el fino mármol empezó a correr directo hacia el agua para empezar a teñirla de rojo oscuro. Para cuando el agua estaba totalmente oscura, ya la niña tenia sus ojos cerrados con una sonrisa extraña, parecía que hacia tiempo que anhelaba aquel baño mortal

Baño Mortal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora