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El pelinegro ya se había acomodado en la casa, sus padres todavía no llegaban puesto a que compraban cosas para darle una buena bienvenida a uno de sus hijos.
— ¡Yuliy! — llamó al menor de sus hermanos que rápidamente se hizo presente — no puedo creer que hayas crecido tanto — cómo se encontraba sentado lo tomó en sus brazos para sentarlo en su regazo y hacerle cosquillas — tus ojitos cada vez son más claros.
— Mamá espera que crezca teniendo mis ojos celestes — decía con una sonrisita que enternecia al mayor.
— pero mira que tienes suerte — le revolvió el cabello — yo salí con los ojos negros.
— pero aún así son lindos.
— hubiera preferido salir con unos ojos así de lindos cómo los tuyos.
— ¡MI CUCHURRUMIIIIIIIN! — escuchó el grito de su madre. Su hermano se bajó del regazo al escuchar aquel gritó.
— ¿Mamá? — hizo la pregunta pero su madre apareció corriendo a abrazarlo.
— ¡Mi cuchurrimin! — lo abrazaba de forma protectora mientras sus hermanos se hacían presentes aguantando la risa.
— Mamá, no me digas así — correspondió aquel abrazo.
— Pero si tú eres mi cuchurrumin más precioso.
— Mamá — le reprochó y al fin lo soltó. miro el vientre de su madre que ya estaba bastante grande — ¿Ya le pusieron nombre? — preguntó mientras tocaba de forma sutil por encima de la tela.
— Te tengo una sorpresa — éste le miró confundido — Hablamos entre todos y decidimos que — Hizo una pausa para retomar aire tratando de controlar si emoción —, queremos que tú escogas el nombre para ella.
Abrió los ojos sorprendido, las palabras no le salían de la boca y sólo balbuceaba.
— ¿Que pasó, Cuchurrumin? — habló su hermano mayor en forma de burla.
— Callate Kenta — Akane, su hermana mayor le dio un suave golpe en la nuca.
— Pero, hey, las risas no faltaron — habló su otro hermano, Renzo.
— Mamá, papá ya está haciendo el asado, quiere que le vayas a ayudar — Una de las gemelas se hizo presentes.
— luego me dices tu respuesta, ¿Sí? — le dio un beso en la frente — vamos Lin — se fue con la gemela mayor.
— Cuchurrumin~ — lo llamaba Kenta de forma burlesca.
— calllate — éste al fin reaccionó avergonzado.
— bueno, necesito hablar a solas con él — entró su mánager con algunas cosas, en general una carpeta llena de papeles.
— ¿tenemos que hacerlo ahora? — preguntó y ésta asintió haciéndolo rodar los ojos.
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—Bien, última pregunta — dijo mientras veía cómo se aburria de las pocas preguntas que le había hecho.
— ¿La última? Porqué ya va a estar listo el asado
— Sí, la última — éste se sentó bien en el sillón para escuchar — cómo nadie quiere que andes de flojo estudiando por ínternet, escogí unas escuelas para que hagas amigos.
— ¿Así? — levantó una ceja, realmente tenía amigos por todo el mundo.
— amigos de aquí, no de otros países — aclaró — las escuelas más cercanas son Karasuno y Aoba Jōsai.
'¿Karasuno..?' Aquella preparatoria se le hacia bastante conocida, buscaba por toda su memoria saber de dónde la recordaba, pero no encontraba ningún momento en su mente dónde se nombrara. Tal vez era una confusión y realmente no la conocía.
— Bien, ¿Cuál escoges? — volvió a reaccionar, no sabía nada de lo que le había dicho.
— Me voy por... — dudó unos cuantos segundos, los nervios se salieron a flote y no sabia que decir.
— ¿Y bien? — esperaba la respuesta del joven. Veía que estaba nervioso, sabía que no la había escuchado pero lo iba a dejar que respondiera.
— ¡El asado ya está listo! — entró la gemela menor.
— ya vamos Kaori — le respondió la mánager para luego suspirar, se iba levantar pero la voz repentina del chico la hizo quedarse sentada.
— Yo me voy por....
Aoba Jōsai
Por otro lado, un chico de cabellos anaranjados pasaba por aquella calle al sentir el olor de la carne asada. No sabía que estaba en aquella calle que le traía buenos recuerdos, miró la casa de la salía humo, sabía de quién era la casa pero desde hace tiempo que sólo se dedicaba a mirarla por fuera.
— cuchurrumin, ven a comer — sus ojos se abrieron de una al escuchar aquel peculiar apodo, sabía muy bien a quién le decían así.
— ¡Mamá, por favor! — su corazón se había parado al escuchar ése tono de voz que recordaba a la perfección.
Los buenos recuerdos con él aparecieron pero sólo lo hacia sentir mal. Vio por la ventana a su antiguo amigo, notó que estaba usando muletas y realmente lo había sorprendido. Empezó a pensar cosas malas, ¿algun accidente grave? ¿Una enfermedad? Sólo se estaba preocupando cada vez más pero no se atrevía a ni siquiera poner un pie dentro de la propiedad.
Tal vez se lo merecía.
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Hey, tamo' de vuelta
Al fin me tome el tiempo De escribir, algo corto pero ya Verán lo que tengo en mente Gracias a un comentario ü♡
